La líder comunista y sindical se convirtió en icono republicano en Balears tras ser ajusticiada en 1937; no fue hasta 2023 cuando se recuperaron sus restos gracias a las leyes de memoria que PP y Vox buscan derogar
El presidente del Parlament balear de Vox rompe la foto de una víctima fusilada por Franco y echa a dos diputadas socialistas
“Podéis matar a hombres, a mujeres, a niños como el mío que todavía no han nacido. ¿Pero, y las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?”. El imaginario colectivo atribuye esta frase a la activista Aurora Picornell, asesinada por el franquismo en la noche de reyes de 1937. Antes de abandonar la cárcel con los falangistas que la detuvieron, dicen que la joven se despidió de sus compañeras de celda, llevando con ella una bobina de hilo que prometió hacerles llegar si sobrevivía. Después de ser torturada, fue fusilada y enterrada en una fosa común. La bobina nunca regresó. Su nombre ha vuelto a estar de actualidad este martes después de que el presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne, de Vox, haya roto su imagen en un pleno de la cámara autonómica.
Los hechos se han producido cuando diputados de la oposición han colocado imágenes de víctimas del franquismo durante el debate en el Parlament de una propuesta de Vox, con el apoyo del PP, para derogar la ley de memoria democrática balear. La acción ha acabado con la expulsión de dos diputadas socialistas y con Le Senne rompiendo la imagen de Picornell, icono republicano en las islas.
Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso este miércoles, Pedro Sánchez ha pedido a los conservadores que exijan la dimisión del presidente del Parlament balear: “Su execrable comportamiento merecería la reprobación y la dimisión por parte de su mayoría parlamentaria”, ha dicho, frente a las filas del PP, que se han mantenido en silencio. “Deberían pedir perdón”, ha espetado, por su parte, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a Vox. “En la Asamblea de Balears, rompen la foto de una persona represaliada, asesinada por los franquistas, porque la patria que defienden es una patria dividida que afortunadamente este país dejó atrás hace mucho tiempo”
Caída en desgracia durante la dictadura, Picornell se ha convertido en democracia en un icono de la memoria histórica y del republicanismo, tanto que popularmente se le conoce como la Pasionaria de Mallorca. Picornell está considerada como un personaje transgresor que buscó romper con el papel tradicional de la mujer desde comienzos del siglo XX.
Ateu Martí y Aurora Picornell, junto a varios compañeros comunistas antes de partir de excursión
Nacida en 1912, Picornell destacó desde muy joven en una sociedad cerrada, católica y tradicional como la mallorquina. Picornell se movió en dos ámbitos novedosos para la mujer de la época: el laicismo –en 1930 pasó a formar parte de la Liga Laica de Mallorca– y el feminismo –en 1928 hizo el prólogo del libro La mujer, ¿es superior al hombre?, de la escritora Margarita Leclerc. Picornell dio importantes pasos en el feminismo de los años 30 y fue la primera en impulsar actividades por el día de la mujer en Baleares en 1934.
Tras la instauración de la Segunda República, Picornell se incorporó en el Partido Comunista de España y se convirtió en una de las figuras más destacadas del partido en Mallorca. Su capacidad de oratoria, unida a su empatía y movilización constante, la llevaron a dar el salto al mundo sindical: como se dedicaba al textil, al igual que gran parte de las mujeres mallorquinas, organizó el Sindicato de Sastrería de Mallorca.
El hecho de estar tan activamente significada en el movimiento obrerista y comunista, provocó que fuera una de las primeras personas en ser detenidas tras el golpe militar de 1936. Mallorca estuvo, desde el principio, en la zona sublevada. Picornell fue llevada a la prisión provincial de Palma, mientras el régimen franquista tumbaba la República en la que la Pasionaria mallorquina profesaba.
Poco tiempo duró en prisión: en la noche de reyes de 1937, del 5 al 6 de enero, el régimen la mató. Tenía 24 años. Picornell y sus cuatro compañeras fueron asesinadas en el cementerio de Porreres. El cuerpo de la sastra fue enterrado en la fosa común del Camposanto. Su ejecución sacudió la isla. “Mirad, mirad los sostenes de Aurora”. Así cuenta la historiografía que un hombre, “un personaje tristísimo del fascismo ciudadano”, entró en un bar de Es Molinar (Palma) y, visiblemente feliz, sacaba un sujetador del bolsillo y anunciaba la muerte de Picornell.
La presidenta de Memoria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, durante el acto de entrega de los restos mortales de Aurora Picornell y las Roges del Molinar a sus familias
No fue hasta enero de 2023, 86 años después de su asesinato, que los restos volvieron a sus familiares. Los restos de Aurora, de su padre, Gabriel Picornell, y de las otras cuatro ‘rojas del Molinar’ fusiladas junto a Picornell fueron entonces entregados a sus descendientes en un emotivo acto en el que estuvieron presentes la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y otras numerosas autoridades, además de familiares de víctimas represaliadas por el franquismo y una amplia representación del ámbito civil.
Las aprobaciones de las leyes de memoria a nivel estatal y, especialmente a nivel autonómico, facilitaron el hallazgo y la excavación de los restos de las mujeres represaliadas por la dictadura. Meses después, PP y Vox acordaron un cambio de Gobierno tras las elecciones del 28 de mayo y, como hicieran en otros territorios, abogan por derogar esas leyes.