El plazo se cumplió el 23 de agosto pero se ha perdido la pista de la caja que la contiene, enterrada bajo el monumento de la tres veces candidata al Premio Nobel en Santander, maltratado tras múltiples reformas
Perfil – Concha Espina, el refugio de la escritura
El día de 1924 en que se colocó la primera piedra del monumento a en los jardines de Pereda de Santander la escritora enterró una carta suya con unas instrucciones muy concretas: no abrir hasta 100 años después. El plazo venció el pasado 23 de agosto, pero el mensaje todavía no se ha recuperado pese a la curiosidad que genera su contenido. Lo cierto es que ni siquiera están visibles la estatua, la fuente y el estanque que componen el conjunto escultórico. Actualmente está rodeado y oculto por una elevada valla dentro del perímetro de la caseta de obras que ha acotado el Banco Santander para ejecutar la reforma de su antigua sede. Solo queda a la vista una de las piezas, estropeada con grafitis. “Puta”, ha escrito alguien con tinta azul sobre el nombre de Concha Espina.
Concha Espina