Los grandes grupos textiles sufren por el impacto de los tipos de cambio, un frenazo en China o el impacto de las lluvias en Europa, que ha dejado sin vender parte de sus colecciones de verano, aunque la firma gallega presenta otra vez resultados récord
Inditex gana 2.768 millones en su primer semestre pero sus ventas ralentizan su crecimiento
Una sensación agridulce. Los gigantes del comercio textil, como Inditex, H&M y Primark, están presentando sus resultados de lo que va de año y en esas fotografías de cómo van sus negocios no todo brilla. En unos casos, porque las ventas en Asia –sobre todo en China– no tiran como en el pasado o por el impacto de los tipos de cambio de las monedas de ese continente. En otros, porque los ingresos en Europa sufren por un verano donde las lluvias, en algunas ocasiones torrenciales, han dejado sin vender parte de las colecciones estivales.
En el caso de Inditex, le afectan los nubarrones económicos en Asia. La compañía controlada por Amancio Ortega desglosó en su presentación de resultados de este miércoles que España y Europa aportaron más a su negocio durante la primera mitad del año, en el que las ventas globales repuntaron más de un 7%. Sin embargo, dio el paso contrario en el mercado asiático. Este concentró el 16,6% de sus ingresos durante la primera mitad del ejercicio, cuando hace un año era el 18,4%. Es decir, en un año, la multinacional gallega ha reducido más de un 3% sus ingresos en ese mercado, que le supone cerca de 3.000 millones de euros.
La empresa dueña de Zara, Massimo Dutti o Bershka explicó durante la presentación a analistas que el problema, básicamente, son los tipos de cambio, porque si se excluye el efecto de las divisas, las ventas en Asia no han variado, es decir, no caen pero tampoco crecen. “Las ventas en Asia, en términos constantes, están estables. Estamos satisfechos”, reconoció el responsable del área de Mercado de Capitales, Marcos López, durante la conferencia con inversores.
“China es uno de nuestros principales mercados”, admitió también el consejero delegado de Inditex, Óscar García Maceiras. “Reciben bien nuestras propuestas”, las colecciones, y apuntó que el grupo está en ese país en un “proceso de optimización de las tiendas físicas, por ejemplo, en Shanghái y mejorando la propuesta online. Vemos un desarrollo positivo”, resumió.
Los nubarrones que afectan al negocio asiático de Inditex no son un caso aislado. Varias multinacionales, sobre todo del sector del lujo, como Louis Vuitton, Burberry o Gucci, están experimentando un recorte de ingresos en los grandes mercados de ese continente, sobre todo en China, del que se libra Japón, donde las ventas sí están creciendo.
A la dueña de Zara le va bien en España
Inditex también ha dado detalles de cómo le va en España. En su mercado doméstico sus ingresos crecieron un 9,4% durante el primer semestre, por encima de la media de la multinacional que está en el 7,2%. España le aportó el 14,7% de sus ingresos –unos 2.644 millones– en los seis meses que concluyeron el 31 de julio y creció su aportación a la facturación del grupo respecto a hace un año, cuando era el 14,4%.
García Maceiras destacó en la presentación a inversores que este mercado va bien. Puso el foco en que fue la región donde más creció el negocio en 2023 y que, desde 2019, el crecimiento de ventas en España ronda el 20%, mientras el número de tiendas se ha reducido en un 27% desde ese año previo a la pandemia. Entonces, la empresa de Arteixo puso en marcha un plan para cerrar los establecimientos más pequeños y concentrar sus operaciones en tiendas más grandes, con mayor espacio de venta.
El impacto de las lluvias estivales, sobre todo al principio del verano, ha afectado tanto al gigante irlandés de la ropa ‘low cost’, Primark, como a la multinacional sueca Hennes & Mauritz (H&M). La primera forma parte de un conglomerado empresarial británico, Associated British Foods, que es dueño de negocios que no tienen nada que ver con la ropa, como la española Azucarera, y que acaba de presentar los resultados preliminares de la segunda mitad de su año fiscal, que concluyó el 14 de septiembre.
En ese informe, la dueña de Primark asume que “espera que las ventas en tiendas comparables”, es decir, en las que llevan abiertas más de un año e indican la salud de su actividad, “disminuyan alrededor del 0,5% en el segundo semestre, con un crecimiento del 0,2% en el tercer trimestre y un descenso previsto de alrededor del 0,9% en el cuarto”, desglosa.
“Esto se debe, principalmente, a las desfavorables condiciones meteorológicas en el Reino Unido e Irlanda”, sus principales mercados. Durante el segundo semestre, esas lluvias se tradujeron en “una menor afluencia de público” a sus establecimientos, lo que “afectó especialmente a las ventas de nuestras colecciones estivales de ropa femenina y de calzado”. Sin embargo, también reconoce que ha mitigado el impacto en sus resultados por la inflación, sin dar más detalles. “Aunque los volúmenes fueron bajos en el segundo semestre, el precio medio de venta aumentó”, reconoce en su última presentación a los inversores. En España, en cambio, le va bien y no ha tropezado, en parte, porque ha abierto más tiendas, tres durante la segunda mitad del ejercicio.
Las ventas de las empresas textiles suelen sufrir cuando las colecciones de las tiendas no se corresponden con las temperaturas o las lluvias previstas, porque se quedan sin vender. Ha ocurrido en los últimos años, cuando se lanzaron a llenar sus almacenes para evitar las rupturas de stock por los problemas en las cadenas de suministro de prendas fabricadas en Asia y luego tuvieron que dar salida lo más rápido posible a esos inventarios.
Ese impacto de la lluvia, con consumidores que se quedan en casa y prendas que no se venden, también lo ha sufrido H&M. La multinacional con sede en Estocolmo reconoció en junio que sus ventas iban a caer un 6% en moneda local y que sus previsiones de resultados para el conjunto del año se ponían cuesta arriba. De hecho, eso provocó que sus acciones llegaran a caer un 15% en una sola jornada. También reconoció el impacto de factores que no están bajo su control. “Elementos externos que influyen en nuestros costes y en nuestras ventas, incluidas las materias primas y las divisas, tendrán un impacto más negativo de lo que esperábamos durante la segunda mitad del año”, asumió.
Lo de H&M no es un caso único porque los últimos datos que ha publicado Eurostat señalan que las ventas minoristas en la zona euro se redujeron un 0,3% en julio, rompiendo una racha de meses de subidas. Y, en Francia, la patronal Alliance du Commerce ha comunicado una caída de ventas del 0,5% en julio y del 0,3% en agosto, cuando se esperaba que la temporada estival fuera positiva por el impacto de los Juegos Olímpicos en París.