“No pretendo hacer creer que en la Edad Media sabían de todo o que solo hubo avances; es verdad que también había superstición y creencias ridículas, pero hoy en día todavía existen esas cosas: hay gente que cree actualmente que el mundo es plano, no una esfera, o que las vacunas no funcionan”. La filosofía del historiador inglés Seb Falk es el puro sentido común. Su trabajo (Ático de los Libros, 2024), un sugerente ensayo novelado, viene a combatir el tópico (cada vez más desgastado y con menos peso) de una Edad Media oscura que nunca existió. Y no solo contradice esa mentira el legado material —las iglesias románicas o las catedrales góticas—, sino también un cúmulo de avances científicos que sirvieron de base al conocimiento posterior y al actual, que Falk muestra (eso sí) con la pasión de un profesor y un divulgador, sus dos facetas profesionales.