El ex ministro avisa de que el PSOE tendrá que ganarse su apoyo en cada votación, pero aclara que no tiene intención de ejercer de oposición ni de desestabilizar al Gobierno, ya que mantiene intacta su lealtad con la marca en la que militó durante 43 años y que trasciende a Sánchez y a la dirección actual
Cuando Delphine de Vigan escribió sobre las lealtades en el libro del mismo título se refería a esos lazos invisibles que nos vinculan a los demás –muertos y vivos–, a las promesas murmuradas, a las fidelidades silenciosas, a los contratos pactados “las más de las veces con nosotros mismos”… Unas veces se mantienen de por vida y otras desaparecen de forma abrupta.
El compromiso que permanece inquebrantable en José Luis Ábalos, ex ministro de Transportes y ex secretario de Organización del PSOE, es sólo con la marca en la que militó desde 1981 y fue invitado a abandonar en febrero pasado. Ya no es con Pedro Sánchez ni tampoco con la dirección del que fue su partido durante 43 años. Esos lazos invisibles se han roto. Y el ex ministro ha querido que lo supiera toda España a pesar de que cuando anunció su paso al Grupo Mixto hace siete meses se comprometió a seguir las orientaciones de voto del PSOE.
al votar en un sentido distinto al de los diputados socialistas en el primer pleno del nuevo curso político,