El exportavoz del Parlamento Europeo, al que muchos situaban en la órbita del PP, se estrena en Bruselas como nuevo conseller para la Unión Europea y la Acción Exterior
Illa se lleva a su núcleo duro al nuevo Govern y suma fichajes transversales
Relanzar la relación entre Catalunya y la UE fue una de las tareas que dejó a medias Pere Aragonès. El expresident de la Generalitat reactivó a principios de año los contactos que habían sido prácticamente nulos desde que comenzó el procés, pero el adelanto electoral relegó de nuevo el asunto que Salvador Illa ha situado en las prioridades de su mandato. Y para abrir ese camino ha elegido a Jaume Duch, un extraño para el gran público, pero un viejo conocido en la ‘burbuja bruselense’.
“Catalunya es Europa y esta delegación es la prueba”, afirmó este jueves el nuevo conseller para la Unión Europea y la Acción Exterior en la sede de la Generalitat en Bruselas, donde acudió para conmemorar la Diada. La gran novedad visual fue la colocación de las tres banderas en la puerta: la española (que hasta ahora no estaba), la europea y la senyera. “Catalunya debe reforzar su liderazgo económico en España y en la Unión Europea y convertirse en una referencia en generación de prosperidad”, agregó Duch siguiendo el guion que se ha marcado el nuevo Govern de Illa, consciente de que durante más de una década la imagen que ha exportado Catalunya ha sido fundamentalmente la del conflicto político.
“Catalunya debe mirar adelante”, remató el conseller, que intervino en inglés, francés, castellano y catalán. A la lengua le dedicó una mención en su discurso. “Debe ser una lengua de uso normal en las instituciones”, dijo comprometiéndose a pelear por que la oficialidad del catalán en la UE, que por ahora está en un cajón tanto en Consejo como en el Parlamento Europeo, se haga realidad.
En este caso no fue una presentación en sociedad porque los asistentes le conocían de sobra. Muchos acudieron a ese acto institucional por la relación que les une desde hace décadas. El efecto novedad hizo, además, que el público fuera muy numeroso y variado. Acudieron representantes de la Representación Española ante la UE, de otras comunidades autónomas, funcionarios de instituciones europeas como el Consejo de la UE o de la Comisión Europea. También eurodiputados socialistas, como Javi López, Laura Ballarín o Leire Pajín, y el portavoz del Partido Popular Europeo.
El funcionario catalán de más rango
A Duch muchos le situaban más próximo a la derecha parlamentaria que a los socialistas, por lo que su designación causó sorpresa a más de uno. “Todos pensaban que era del PP y ahora mira”, ironiza un alto cargo europeo. “Siempre hacía para tener amigos en todos lados”, contrapone un buen conocedor de los intríngulis del Parlamento Europeo. No obstante, siendo portavoz peleó por ascender a secretario general y fue precisamente el PPE el que torpedeó su aspiración optando por el que había sido jefe de gabinete de la presidenta, Roberta Metsola.
El nuevo conseller dio sus primeros pasos en la UE como asistente parlamentario de una eurodiputada de Unió a finales de los 80. A partir de ahí siguió su andadura, pero ya como funcionario europeo. ¿Y cómo acaba en el Gobierno de Illa? “Salvador Illa, en los tres años que ha sido jefe de la oposición, tuvo una potente agenda internacional y vino a Bruselas una vez al año. En los programas siembre había una reunión con Jaume Duch, porque era el funcionario catalán de mayor rango”, explica a elDiario.es el eurodiputado del PSC Javi López sobre cómo entraron en contacto.
En esas reuniones, agrega López, el ahora president “siempre apreció la profesionalidad” de Duch, así como “su enorme conocimiento sobre las instituciones europeas, su red de contactos y sus análisis perspicaces de la situación política”. El eurodiputado ve en el fichaje del exportavoz de la Eurocámara un ejemplo de la capacidad de Illa para “atraer talento de la sociedad civil”.
Duch llevaba 37 años sin fallar a un Pleno de la Eurocámara y ahora le tocará seguir las sesiones parlamentarias desde el lado incómodo, en el que “caen los ladrillos”, según él mismo reconoció en una conversación informal con periodistas al acabar el acto conmemorativo de la Diada. Es consciente de que lo tiene más fácil que cualquier otro para que le cojan el teléfono. “En función de lo que pidas, la segunda ya veremos”, ironizó.
Su marcha de Bruselas fue precipitada y deja un vacío en puestos clave del Parlamento Europeo: la dirección general de comunicación y la portavocía, que ostentaba desde 2006. “Esto era inesperado antes de verano”, reconoció la presidenta de la institución, Roberta Metsola, en una recepción a los periodistas tras el parón estival.
A Metsola no la presentó en esa ocasión Duch, como es tradición, sino Jesús Carmona, el director de medios de la Eurocámara, que está en las quinielas para suceder al actual conseller en un reparto de cargos en el que entran en liza los equilibrios políticos y geográficos. Carmona tiene a su favor que los dos únicos españoles en direcciones generales dejan vacantes los puestos en el arranque de la legislatura, aunque algunas fuentes apuntan a que la ‘súper cartera’ que ocupaba Duch quede dividida en varias áreas y eso permitirá repartir más juego.