El Gobierno gallego se remite a que tiene «exactamente las mismas» condiciones que el resto de subdirectores y rechaza detallar cuál es su salario, que el sindicato CIG calcula que ronda los 70.000 euros brutos anuales
Rueda coloca a la prima de Feijóo como subdirectora en Política Social tras su discutida gestión del área sanitaria de Santiago
La Xunta ha rodeado de opacidad el nombramiento de Eloína Núñez Masid, prima de Alberto Núñez Feijóo, como subdirectora xeral de Envellecemento Activo. Eligió para cubrir el puesto el trámite menos transparente de los disponibles para los funcionarios y ha rechazado, en respuesta a preguntas de esta redacción, facilitar cuál es su sueldo, con qué recursos va a trabajar y cuántos trabajadores están a su cargo.
Cuando se supo que había sido relevada en la gerencia del área sanitaria de Santiago y O Barbanza, el presidente gallego, Alfonso Rueda, se limitó a decir sobre su futuro que dependería de la Consellería de Sanidade y de las preferencias personales que ella misma tuviese. Ahora que ha trascendido el nuevo destino laboral, el Gobierno gallego lo confirma, pero evita dar más datos al respecto. La decisión de que el cargo sería para ella se tomó el 14 de agosto, pero no se supo hasta casi un mes después. Fue a través de información dada por trabajadores de la Xunta, según publicó GaliciaPress. El 9 de septiembre Rueda lo ratificó al ser preguntado al respecto. Defendió que Núñez Masid tiene méritos suficientes para el puesto, dentro del organigrama de la Consellería de Política Social.
La CIG, el sindicato mayoritario entre los trabajadores públicos de la Xunta, critica la forma elegida para el nombramiento y la falta de transparencia que, asegura, implica. Al conocerse que sería subdirectora xeral, cuenta el sindicalista Fernando García, esperaban que saliese publicado en el Diario Oficial de Galicia (DOG). Hasta que se dieron cuenta de que la cobertura de la plaza se había hecho mediante una comisión de servicio, un instrumento legal, pero pensado para ser usado “de forma excepcional”, algo que dicen que no ocurre en este caso. Este es el motivo por el que consideran que hay fraude de ley en el proceso.
García expone que lo habitual para convocar una plaza de una subdirección es abrir un proceso de libre designación. Esta fórmula, añade, implica mayor publicidad y que la resolución se publique en el DOG, algo que no sucede con las comisiones de servicio. La voluntad de la Xunta es, en su opinión, la de evitar ser transparente. Con esta vía, agrega que tampoco se sabe si ha habido otros candidatos ni qué méritos se han valorado. El Gobierno gallego no aporta el dato del salario de Eloína Núñez y se limita a señalar que el puesto está reservado para funcionarios y que sus condiciones son “exactamente las mismas que las del resto de subdirectores”. Con esta base y teniendo en cuenta la edad -su año de nacimiento es 1962- y la carrera de la exgerente del área sanitaria de Santiago, la CIG calcula que sus retribuciones rondan los 70.000 euros brutos anuales. El cargo, indica el sindicato, es el más alto al que puede acceder un funcionario como tal, un nivel 30.
Las normas para confeccionar las nóminas de los funcionarios son públicas, de modo que el sindicato calcula que percibe, además del sueldo base, un complemento de destino y un complemente específico, a los que se suman las cuantías por los trienios cumplidos y el grado de carrera. El total, con estos supuestos, supera los 70.000 euros, un salario equivalente al de conselleiras como la de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, o Fabiola García, la titular de Política Social y de la que depende la subdirección xeral que ocupa Eloína Núñez. En el departamento de Envellecemento Activo e Prevención da Dependencia e Innovación Sociosanitaria le corresponde un despacho propio y tendrá que trabajar con otros cinco empleados públicos, apunta la CIG.
El sindicato ha criticado también la elección de alguien del perfil de Eloíña Núñez para un cargo relacionado con las personas mayores. Pide su destitución porque asegura que el protocolo que diseñó durante la pandemia impedía que los mayores de las residencias pudiesen acudir a los hospitales. “No puede proteger a los mayores”, concluye.
Una gerencia polémica
Núñez Masid es licenciada en Medicina por la Universidade de Santiago de Compostela. En 2009, pocas semanas después de que su primo tomase posesión como presidente de la Xunta por primera vez, ella pasó a ser la máxima responsable del área sanitaria de Ourense, en donde enfrentó varios conflcitos. En 2017 fue nombrada gerente del área sanitaria de Santiago – O Barbanza. Y en su gestión en todos estos años se han sucedido las críticas, las quejas de pacientes y profesionales y varias dimisiones de jefes de servicio en protesta por las condiciones y la situación de los hospitales bajo su responsabilidad.
Ninguna de esas polémicas le costó el puesto. Entre críticas de que su estilo de trabajo era autoritario y que había desorganización y pese a que tuvo que afrontar incluso huelgas en algunos servicios, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, defendía a finales de 2022 que los problemas eran “puntuales” y que la gestión era “adecuada”. El presente año, tras lograr su primera mayoría absoluta en las urnas, Rueda cambió al conselleiro de Sanidade. El nuevo responsable, Antonio Gómez Caamaño, había coincidido, como jefe del servicio de Oncología Radioterápica del complejo compostelano, con Eloína Núñez. Y entre sus primeras decisiones al frente de la sanidad pública gallega estuvieron varias sustituciones en las gerencias de las áreas sanitarias, entre ellas la de Santiago.