Quejas de los vecinos por el ruido en el festival en la Caja Mágica: «¿Será que el sur de Madrid no importa?»

Los residentes del sur de la capital aseguran que los festivales que se celebran en el estadio superan los decibelios permitidos y denuncian el silencio de las autoridades ante sus demandas

El Real Madrid suspende los conciertos programados en el Santiago Bernabéu tras las protestas por el ruido

La Caja Mágica es un macro espacio y estadio multiusos situado en el distrito madrileño de Usera, al sur de la ciudad. Acoge espectáculos deportivos, culturales y corporativos. Entre ellos, numerosos conciertos y festivales de música que llevan años molestando a los vecinos de los barrios de San Fermín y Orcasur. Aseguran que el ruido de la música es insoportable, incluso viviendo a varios kilómetros de distancia.

Hace solo dos días, el Real Madrid canceló todos los conciertos programados hasta abril en el estadio Bernabéu, tras varios meses de protestas de los vecinos de la zona por el sonido y denuncias por la filtración del ruido. Y sin embargo, este sábado, sólo un día después, la música de un festival no dejaba dormir a los vecinos de la Caja Mágica, que afirman llevar denunciando la situación al Ayuntamiento de Madrid desde hace algunos años. “¿Será noticia el ruido del festival de la Caja Mágica o como es el sur de Madrid no importa?”, critica uno de ellos en un mensaje en la red social X.

“¡Vivo a 2km de la Caja Mágica y así se oye el ruido en mi casa y se ven hasta luces! No puedo imaginar lo que sufre la gente que vive al lado. Y aquí hay festivales de varios días y que terminan de madrugada. ¿También se tomarán medidas? Ah no espera, que la zona sur da igual”, denuncia Rebeca Martínez en la red social. “Lo de anoche en la Caja Mágica fue insoportable. Ni con ventanas y persianas cerradas se evitaba el ruido que impedía dormir”, añade Javier de Vitorio.

“El descanso y la salud de los que vivimos cerca (y no tan cerca) de la Caja Mágica no importa al Ayuntamiento de Madrid, ya que para ellos no somos como los vecinos del Bernabéu”, denuncia Sergio Nieto, también en X. Son muchos los residentes del sur de Madrid, también de Los Rosales y Villaverde, que están utilizando la plataforma para protestar por lo que, argumentan, es una diferencia en el trato a los vecinos de barrios tradicionalmente obreros y barrios históricamente pudientes. “No vivimos en el Bernabéu sino en barrios obreros y lo de ayer de la Caja Mágica con un ruido ensordecedor que se oía 4 km más lejos hasta las 2 de la mañana fue horroroso”, se queja Silvia.

En junio de este año, la Asociación Vecinal de San Fermín presentó un Plan Efectivo para los macroeventos en el complejo, con demandas para parar el ruido, los problemas de movilidad y la suciedad con los que se encuentran cada vez que se celebra allí el torneo Open de Madrid y los festivales de música. “¿Por qué el Área responsable del Ayuntamiento no mide los decibelios que incumplen sonoramente los límites establecidos por la ordenanza de contaminación acústica? ¿Es que esto no es el Santiago Bernabéu, donde ha sido denunciado, porque en San Fermín sí se puede hacer?”, lee el texto que presentó la asociación hace cuatro meses.

El Defensor del Pueblo pidió al Consistorio ya en 2021 que minimizara el impacto de futuros conciertos en la Caja Mágica. Solicitó a las autoridades municipales en su informe anual que minimizaran los efectos acústicos negativos para los vecinos de San Fermín y Orcasur; y propuso la habilitación de una vía de comunicación entre el Ayuntamiento y los residentes para encontrar soluciones a la contaminación acústica. Pero, de momento, eso no ha ocurrido. Las asociaciones vecinales denuncian el silencio de la Administración y afirman que no han recibido respuesta alguna a ninguna de sus peticiones, a pesar de que consideran que el nivel de sonido de la Caja supera los decibelios permitidos.

“El ruido de los eventos en la caja mágica es INSOPORTABLE, los vecinos de Bernabéu se quejan y suspenden conciertos y los vecinos de Villaverde ¿qué más tenemos que hacer? Ayer hasta la 1:30 de la mañana vibrando las ventanas y con un bebe de 8 meses…”, pide Rebeca Tilve, otra vecina.

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