El consejo de gobierno de la institución monetaria está dividido en dos: una parte está preocupada por la debilidad del crecimiento económico y otra por la rigidez de la inflación de los servicios
La Reserva Federal de EEUU anuncia un primer recorte de los tipos de interés de medio punto al 5%
La hoja de ruta del Banco Central Europeo (BCE) contempla una bajada de los tipos de interés de 0,25 puntos cada trimestre hasta dejarlos en el 2,5% en otoño de 2025, según han revelado fuentes conocedoras a elDiario.es. En junio, empezó el principio del fin del ciclo de austeridad monetaria. Desde entonces, ha recortado el ‘precio’ oficial del dinero dos veces, del 4% al 3,5%.
Con este plan, el consejo de gobierno del BCE espera que la inflación se haya estabilizado en el objetivo teórico del 2% dentro de un año y confía en que la eurozona evitará la recesión. Dentro de este “escenario central”, el principal órgano que decide sobre la política monetaria de los países de la ‘moneda común’ está dividido en dos respecto a los principales riesgos que existen actualmente. Una parte del consejo de gobierno está preocupada por la debilidad del crecimiento económico, sobre todo de Alemania. La otra, la más ortodoxa, por “la rigidez” de la inflación de los servicios.
El consejo de gobierno del BCE lo conforman los gobernadores de los bancos centrales de cada socio del euro y el comité ejecutivo de la institución europea, que preside Christine Lagarde y en el que es vicepresidente Luis de Guindos. El 12 de septiembre, el nuevo gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, se estrenó en la reunión ordinaria de este órgano, que se celebra cada seis semanas. Este martes, tomó posesión oficialmente en un acto que tuvo lugar en Madrid.
“José Luis Escrivá se ha incorporado al círculo de gobernadores y le hemos dado la bienvenida. Como otros gobernadores, ha hecho aportaciones muy útiles. Y espero que, como cualquier otro gobernador, siga no sólo aportando sus puntos de vista personales, que pueden estar inspirados en parte por la situación española, sino que tenga esa dimensión europea que también tienen otros gobernadores cuando se sientan a la mesa del consejo de gobierno. Es un proceso y es un camino que espero que sea productivo y agradable, tanto para él como para el grupo de gobernadores que está alrededor de la mesa. Pero puedo asegurarles que fue bien recibido y que estaba aportando”, explicó Lagarde en la rueda de prensa posterior al debut del exministro.
Según ha podido saber elDiario.es, ante la división en el consejo de gobierno del BCE, Escrivá defiende una postura de consenso. Las subidas de precios se moderaron ya al 2,2% en el conjunto de la eurozona en agosto, en tasa interanual. Y al 2,3% en España. Es decir, la inflación está pegada al objetivo teórico del BCE. Mientras, la debilidad de la actividad económica en algunos países, entre ellos Alemania o Francia, es evidente. Sobre todo, en el sector industrial.
Nuestro país es una excepción destacada a nivel macroeconómico por el ‘tirón’ del turismo, por la fortaleza del resto del sector exterior y por el cambio estructural en el mercado laboral, con una histórica creación de puestos de trabajo. Pero precisamente el acceso a la vivienda por la escalada de los precios es el principal problema de las familias, sobre todo para las más vulnerables y en las capitales y zonas turísticas, donde se concentra el trabajo.
“España es uno de los países donde más pesa la subida de tipos. Los hogares pagan un mayor coste por intereses debido a la prevalencia de hipotecas a tipo variable y tienen una menor retribución por intereses [de los depósitos]. En Alemania y Francia los hogares de hecho se benefician de la subida”, explica Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics.
En cambio, la debilidad agregada de las economías de Alemania y de Francia es la mayor amenaza en estos momentos para una parte del consejo de gobierno del BCE. El riesgo es que la agresividad de las subidas de los tipos se haya pasado de frenada y que la inflación caiga por debajo del 2% dentro de un año o más adelante. En este escenario, el principal miedo pasaría a ser la deflación, un ‘monstruo’ que podría ser todavía más empobrecedor que la inflación porque iría ligado a una recesión y a la destrucción de empleo.
En definitiva, la estrategia del BCE de dañar la economía con los aumentos de los tipos de interés para luchar contra las subidas de precios siempre ha asumido esta posibilidad. De hecho, otra parte del consejo de gobierno de la institución monetaria sigue más pendiente de la resistencia a moderarse de la inflación de los servicios.
“La inflación de los servicios se ha mantenido obstinadamente alta en los últimos meses. Sin embargo, todavía se espera una bajada gradual, con una disminución del crecimiento de los salarios y de otros costes, mientras que el impacto rezagado del endurecimiento de la política monetaria anterior sigue transmitiéndose a los precios al consumidor”, detalló el último informe de proyecciones del propio BCE.
Según el análisis de la institución, esta previsión está puesta en cuestión por dos razones. La primera, por “la falta de mano de obra” en toda la eurozona en el sector terciario, que podría suponer “más alzas de los salarios”. La segunda, por los cambios en las tendencias del consumo de las familias hacia el ocio tras el shock de la pandemia. Una transformación que hace la demanda más resistente pese al daño del encarecimiento de las hipotecas y de los préstamos en general.
En estos momentos, con los tipos de interés oficiales en el 3,5%, las condiciones de financiación siguen siendo “restrictivas”, como las describe el propio BCE, lo que quiere decir que dañan la capacidad de compra de las familias y de invertir de las empresas.
Después de dos bajadas de los tipos de interés oficiales en la eurozona, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos (EEUU) anunció su primer recorte en este ciclo de austeridad monetaria la semana pasada. El banco central norteamericano alivió el ‘precio’ oficial del dinero con una bajada de medio punto, al rango entre el 4,75% y el 5%.
Este recorte, mayor del esperado, es el primero de la Fed desde 2020, cuando dejó los tipos de interés en el rango del 0% y el 0,25% para favorecer la recuperación de la pandemia. En marzo de 2022, comenzó a incrementarlos agresivamente para luchar contra la inflación. El BCE esperó más tiempo para seguir este mismo camino, hasta junio. Ahora, ha dado marcha atrás por primera vez, y anticipó más descensos en lo que queda año.
La decisión de la Fed allana el camino para más bajadas de tipos del BCE. La institución que preside Lagarde está condicionado por la Reserva Federal porque si se abre una gran brecha entre los tipos de la eurozona y de Estados Unidos se podría producir una depreciación del euro respecto al dólar inflacionista, porque automáticamente las importaciones de petróleo y de otras materias primas o productos que se comercian en dólares se encarecerían por el efecto del tipo de cambio.