El último consejero de la institución elegido por el Partido Popular, Fernando Fernández, rechazó este martes el encargo del nuevo gobernador, José Luis Escrivá, de liderar la reforma de la Ley de autonomía del banco central pese a haberlo aceptado inicialmente
Escrivá elige como subgobernadora del Banco de España a Soledad Núñez
El Partido Popular (PP) ha decidido mantener el boicot a la renovación de la cúpula del Banco de España y a su funcionamiento con todas las armas que tiene a su alcance. Primero, rompió la tradición democrática de consensuar la sucesión de la subgobernadora. Su única razón: el rechazo absoluto a la elección por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de José Luis Escrivá como nuevo gobernador. Después, el principal activo de los populares en el consejo de gobierno de la institución, el consejero Fernando Fernández Méndez, ha reaccionado para entorpecer las primeras decisiones del exministro.
Este martes, tras la toma de posesión oficial de Escrivá como gobernador en la sede del Banco de España, el consejo de gobierno de la institución se reunía para aprobar los primeros cambios en el organigrama de la nueva etapa. Según ha podido confirmar elDiario.es, Fernández Méndez de Andés decidió votar en contra de muchos de estos cambios organizativos, “pese a que ninguno es de gran calado”, señalan fuentes del consejo de gobierno a las que ha tenido acceso este periódico. Otras fuentes del mismo órgano detallan que el consejero en cuestión señaló “que llevamos años en el Banco convocando concursos internos o externos para cubrir las plazas de directivos y jefes, y que sería por lo tanto una incoherencia que aprobase ahora múltiples nombramientos discrecionales, digitales, sin concurso alguno”.
Sin embargo, esta posición de bloqueo no fue el movimiento más extraño que hizo Fernández Méndez de Andés este martes. Días antes, el consejero aceptó el encargo de Escrivá de liderar un grupo de trabajo para plantear una reforma de la Ley de autonomía de la institución. El nuevo gobernador se lo contó a un grupo de periodistas antes de la toma de posesión, y dejó claro que el objetivo de actualizar un reglamento con 30 años de vigencia para reforzar la “independencia y la imparcialidad” de la institución es una de las prioridades de su mandato.
Algunos medios de comunicación publicaron esta información antes de que fuera oficial y de que se hubiese comunicado al consejo de gobierno del Banco de España que celebraba su reunión en la tarde del martes. Incluso, entre los primeros periodistas que conocieron la noticia, algunos confiesan que felicitaron a Fernández de Andés y que él admitió que estaba conforme con el encargo. Ya en pleno desarrollo de la reunión del consejo de gobierno de la institución, el consejero cambió de opinión. Sin que el asunto del grupo de trabajo para la ley de Autonomía formase parte del orden del día, Fernández de Andés renunció a la propuesta de Escrivá. El nuevo gobernador, sobre la marcha, se vio obligado a pedirle a otra consejera, Lucía Rodríguez, que asumiera la tarea.
En febrero de 2023, el Consejo de Ministros nombró a Fernando Fernández Méndez de Andés consejero del Banco de España. La propuesta oficial (según lo recoge el BOE) fue de la entonces vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. Pero, en realidad, fue elegido por el PP, siguiendo la norma no escrita de la alternancia en el nombramiento de los principales cargos de la institución entre el Gobierno y el principal partido de la oposición.
Esta tradición se rompió en el proceso de sucesión del gobernador y la subgobernadora, cuyos mandatos expiraban en junio —el de Pablo Hernández de Cos, quien fue el último nombramiento oficial de Mariano Rajoy, con la moción de censura que llevaría a Pedro Sánchez por primera vez a la Moncloa ya presentada, en 2018— y en septiembre de este año —el de Margarita Delgado, quien fue elegida por aquel primer Ejecutivo del PSOE—, respectivamente.
Antes de Fernández Méndez de Andés, el Gobierno había nombrado a Soledad Núñez como consejera. Esta última, cercana al PSOE, fue propuesta por Escrivá como subgobernadora ante la negativa del PP de participar en la renovación de la cúpula del Banco de España. A principios de septiembre, el Ejecutivo propuso un consenso más amplio que incluyera al propio supervisor bancario, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) o la futura Comisión Nacional de la Energía (CNE). Pero nunca llegó a producirse, y las negociaciones se desmoronaron. Entonces, Pedro Sánchez decidió.
Ante esta situación, Fernández Méndez de Andés es el principal activo del PP en el consejo de gobierno del Banco de España. Ligado a la FAES del expresidente José María Aznar, donde ha firmado algunos informes y participa habitualmente en conferencias —hace solo unos días estuvo en el “Campus FAES 2024”—, también fue consejero de Bankia entre los años 2012 y 2021, y ha ocupado importantes cargos como economista principal del FMI (Fondo Monetario Internacional), economista jefe del Banco Santander o consejero independiente de Red Eléctrica. Fuentes conocedoras defienden que el consejero no es del PP, sino que es “un profesional independiente cuyo pensamiento en política económica es bien conocido”.
Si se rebusca en la hemeroteca, se pueden encontrar posiciones controvertidas. En 2019, dijo en una entrevista concedida a El Diario Montañés: “Aborrezco la palabra de ‘emergencia climática’ porque se niega el discurso. Se debe hacer un análisis del coste-beneficio de manera racional de la transición energética, incluyendo el precio del carbón y el aire limpio. Los precios siempre son una señal para ajustar ingresos y gastos”.
En el verano de 2021, publicó una tribuna en una revista del Consejo General del Notariado en defensa de la mochila austriaca, una fórmula para abaratar el despido de los trabajadores que ha sido planteada en numerosas ocasiones por los partidos de derechas y las visiones neoliberales. En ese texto, se preguntó: “¿Qué se puede esperar de un gobierno que abjura de la meritocracia porque no garantiza la inclusión y la diversidad?”.
En otro artículo de 2019, escribe: “El populismo ha estado presente en la política y el Parlamento de España desde el surgimiento del movimiento 15-M y su transformación en un partido político exitoso, Podemos. Incluso se podría argumentar que el populismo ha estado en el gobierno desde que Rajoy fue derrocado por una coalición negativa que incluía a separatistas, ex terroristas y partidos anticapitalistas y antiglobalización. Lo que sorprende, sin embargo, es la presteza con la que el partido socialista, PSOE, ha comenzado ahora a gritar sobre el peligro del populismo e incluso del fascismo con Vox: ‘Franco ha vuelto’. Pero lo hacen ahora que no pueden contar con esos votos populistas para mantenerse en el poder”.