En billetes pequeños

Miles de inversores y puede que votantes del eurodiputado Alvise Pérez esperan y tienen derecho a recibir una explicación que haga honor a los estándares de transparencia que ha utilizado para pedir su apoyo

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La historia es vieja. Ya aparece en la Biblia. No se dejen liar ni distraer. En elDiario.es se documenta una historia supuestamente virtual, invocando a toda la liturgia de la supuesta modernidad que representan las criptomonedas, la libertad financiera y la heroica resistencia ante la corrupta voracidad fiscal del Estado, que acaba resultando una vulgar historia de corrupción analógica de esas de toda la vida: si usted me paga, yo me ocupo de lo suyo; votos por dinero; a ser posible en billetes pequeños y usados, que no se puedan rastrear. Ya no cuentan los likes y los retuits. Aquí sólo cuentan los hechos.

Desmontar esta historia de corrupción de toda la vida y acreditar que uno es un tío de palabra no puede ser muy fácil si así son los hechos. Basta con aplicar el mismo código que el propio implicado, Alvise Pérez, ha ejecutado contra los demás, sin excusas ni atenuantes que valieran, cuando se trataba de denunciar la supuesta corrupción de los otros. 

Los vídeos grabados sin derecho de réplica son cosa de corruptos. Los verdaderos demócratas prefieren el directo. Sin censuras ni mafias mediáticas que valgan, con interacción directa con todos los interesados, diga usted “alive” si es verdad o no y aporte on line las pruebas que lo demuestren. Alvise Pérez incluso jugaría con ventaja en este caso: podría decidir la hora y a quién contesta y conoce al detalle qué cuestiones específicas y muy concretas ha de explicar. Una ventaja que nunca ha concedido a los señalados en las redes por su dedo acusador; tan valiente para exigir explicaciones a los demás como tacaño para dar aquellas que nos debe.

Si todos los mensajes y pruebas que aporta su antiguo patrocinador y aliado cuentan sólo una parte de la historia, relatada de manera sesgada para lavar su culpa, nada más fácil y mejor que aportar su pruebas y mensajes para demostrar que, lejos de ser la clásica historia de venta de votos e influencia al mejor postor y en billetes que no se puedan rastrear, se trata de una historia de insurgencia financiera en nombre de la libertad frente a la tiranía fiscal del Estado. Cuando a alguien le piden que haga algo a cambio de dinero, aportar una simple negativa a hacerlo suele resultar suficiente para demostrar quién miente.

Miles de inversores y puede que votantes del eurodiputado Alvise Pérez esperan y tienen derecho a recibir una explicación que haga honor a los estándares de transparencia que ha utilizado para pedir su apoyo y su confianza y que satisfaga la obligación de transparencia que exige ocupar un cargo público. 

Centenares de millones de euros y unos cuantos miles de votos deben tener la información que les permita decidir si han sido o no víctimas de una estafa. Cuando la fiesta se acaba, no hay excepciones; se acaba para todos y se acaba ya; no cuando a uno le conviene.

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