Las redes han transformado cada esquina de las islas en atractivos turísticos: »Hay muchos sitios que se ponen de moda de un momento a otro y se puede tardar más en reaccionar, pero en el caso del Teide la vigilancia es nula y tiempo ha habido»
Hemeroteca – Bocacangrejo, el pueblo de Tenerife que ‘mató’ sus célebres corazones pintados para ahuyentar al turismo masivo
Las redes sociales transformaron de la noche a la mañana el pequeño pueblo de Bocacangrejo, en Tenerife. La tranquilidad propia de este enclave de apenas 380 habitantes se esfumó a golpe. Lo que siempre había sido una humilde localidad pesquera se convirtió de pronto en el escenario de cientos de publicaciones de Instagram. Decenas de turistas se amontonaron en sus calles con el único objetivo de fotografiarse junto a los corazones de colores que Rafa, un vecino de la zona, había pintado en el paseo de la playa. El pueblo se hizo inhabitable, obligando a Rafa a cubrir sus corazones con pintura gris. La playa de las palomitas, en Fuerteventura, o el Barranco de las Vacas de Gran Canaria son otros rincones de Canarias que se han masificado por el turismo del ‘todo por la foto’, que pone en peligro la conservación de los espacios naturales del Archipiélago.
Las redes han transformado por completo las dinámicas del turismo. “La gente no quiere sentirse un turista más. Quieren ser viajeros o exploradores y estar fuera de los circuitos turísticos”, analiza la directora de Digital y Social Media en Turismo de Islas Canarias, Sara Sánchez-Romo. La investigación “El efecto TikTok en el desarrollo de los destinos: famosos de la noche a la mañana, ¿y ahora qué?” (The TIkTok effect on destination development: Famous overnight, now what?), de Yana Wengel, apunta que la popularidad que determinados rincones del planeta ganan a través de Internet sorprende a las administraciones sin infraestructura suficiente para proteger los espacios.
Imagen de archivo de la ‘playa de las palomitas’, en Fuerteventura
En este punto, el ambientólogo especializado en biodiversidad terrestre y conservación Adrián Flores apunta que el problema en la gestión de los entornos naturales es estructural. “Es cierto que ahora hay muchos sitios que se ponen de moda de un momento a otro y se puede tardar más en reaccionar, pero en el caso del Teide, que es el cuarto parque nacional más visitado del mundo, la vigilancia es nula. Tiempo ha habido”, asevera.
Flores también pone el Espacio Natural de las Dunas de Maspalomas como ejemplo de la degradación del territorio. A pesar de que hay senderos señalizados y carteles que indican la prohibición de transitar sobre estas grandes montañas de arena, solo en 2023 se impusieron 322 sanciones por saltarse las normas de este enclave protegido. Uno de los atentados más sangrantes tuvo lugar en febrero de este año, cuando una convocatoria masiva organizada por youtubers reunió a decenas de personas en la zona para encontrar “con sachos y palas” dinero escondido bajo las dunas.
»Tras la pandemia sufrimos un incremento muy fuerte de contenidos digitales que fomentaban los viajes a las islas, porque la realidad es que veníamos de una etapa que generaba muchísima incertidumbre en el sector y creímos que toda promoción era buena», señala Álvaro Jiménez, creador de contenido y graduado en Turismo por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. »Nadie contaba con que la demanda crecería de una forma tan exponencial que no seríamos capaces de soportarlo como destino. Comprobado está que las consecuencias que estamos teniendo están siendo muy negativas para los espacios protegidos», apostilla.
Sara Sánchez-Romo subraya que, en la actualidad, los viajeros más jóvenes planifican sus viajes a través de los contenidos que consumen en redes sociales y no mediante los perfiles oficiales. »Llegar a esas nuevas audiencias a través de una marca oficial es complicado, por eso hacemos acciones con influencers o voces con autoridad que estén alineadas con los valores que queremos transmitir. Tenemos la misión de redirigir los flujos turísticos e intentar evitar la masificación», plantea la experta.
Los corazones que Rafa, vecino de Bocacangrejo, ha dejado en el suelo, justo por fuera de su casa.
»Las redes se han convertido en los nuevos catálogos de agencias de viajes, y puedes hacer una guía increíblemente detallada sin salir de Instagram o TikTok, sabiendo lo que quieres ver, dónde te vas a alojar y cuánto te vas a gastar», añade Jiménez. Al otro lado de la balanza, frente a los contenidos que promocionan rincones secretos de las islas, proliferan los perfiles de personas concienciadas con los valores naturales de Canarias, que tratan de poner en valor la biodiversidad de las islas.
»Parte de la responsabilidad recae sobre nosotros, los creadores locales. No todo vale por un puñado de likes y un vídeo viral. Puede resultar una manera muy fácil de llegar a una gran audiencia y mejorar las estadísticas de un perfil, pero desde mi punto de vista, es muy poco ético», añade.
La directora de Digital y Social Media de Turismo Islas Canarias insiste en que »hay que respetar a las comunidades locales». La masificación del Archipiélago ha despertado un gran movimiento social por la conservación del territorio. El próximo 20 de octubre tendrá lugar en todas las islas una manifestación contra el modelo turístico »depredador» bajo el lema »Canarias tiene un límite». »Ya te encuentras turistas hasta en la calita más perdida, el restaurantito de toda la vida… La consecuencia es que suben los precios», cuenta una vecina de Santa Cruz de Tenerife.