En el año 2020, se trasladó a Estados Unidos para trabajar en el NOIRLab, en Arizona, en plena pandemia de coronavirus. Aún recuerda la sensación extraña de viajar a un continente nuevo y quedarse encerrado. “Vi a mi jefe en persona un día y en diez meses no lo vi más”, asegura. A pesar de este tropiezo inicial, a sus 34 años la carrera de este astrofísico español está disparada, porque trabaja estudiando las imágenes del universo profundo obtenidas por el (JWST) y sus trabajos con espectroscopía han revelado los detalles de las galaxias brillantes ultralejanas, las más primitivas detectadas hasta ahora.