El Ministerio Público argumenta que el delito de odio por el que se sentenció al librero a 18 meses de cárcel también permite la clausura definitiva de su negocio, al contrario de lo que adujo la Audiencia de Barcelona
La Justicia impone una pena mínima al librero neonazi de Barcelona y evita cerrar su editorial
La Fiscalía contra los delitos de odio de Barcelona ha recurrido la sentencia que condenó a una pena mínima al neonazi Pedro Varela. Según ha podido saber elDiario.es, la fiscal solicita al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que eleve a ocho años de cárcel la pena de 18 meses impuesta al ultra en primera instancia y, en especial, que ordene el cierre definitivo de la librería y la editorial propiedad del neonazi que la Audiencia de Barcelona rechazó.
La sentencia de la Audiencia de Barcelona dejó en papel mojado una extensa investigación de los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía al absolver a todos los acusados menos a Varela y condenar al conocido neonazi (que horas antes del juicio acudió a un mitin de Vox) a una pena de tan solo un año y medio de prisión frente a los 12 que le reclamaba el Ministerio Público.
Nacido en Barcelona en 1957, en su juventud Varela fue uno de los discípulos de León Degrelle, oficial belga de las SS al que Franco dio asilo en España. Varela accedió en 1978 a la presidencia de CEDADE, la mayor organización de producción de propaganda nazi y cantera de buena parte de la extrema derecha española hasta su disolución en 1993. Acumula hasta tres condenas por difundir ideología neonazi.
La causa suponía el cuarto juicio contra Pedro Varela y la herramienta legal para clausurar de una vez por todas la librería Europa y la editorial Ojeda, propiedad de este veterano del movimiento neonazi y convertidas en dos de los epicentros de la propaganda ultra en Barcelona: allí se vendían libros como el ‘Mein Kampf’ y acudían a dar conferencias líderes internacionales supremacistas o del Ku Klux Klan.
La Audiencia de Barcelona, sin embargo, rechazó el cierre definitivo de los negocios de Varela, así como la prohibición de volver a editar libros, y decretó únicamente la destrucción de los ejemplares de libros neonazis que habían sido incautados en 2016, cuando la jueza de instrucción del caso decretó el cierre cautelar del establecimiento.
El rechazo a clausurar para siempre la librería y la editorial neonazi se basó en que el tribunal no condenó por asociación ilícita a Varela. Los jueces castigaron únicamente al neonazi con 18 meses de cárcel por un delito de incitación al odio por la edición, venta y distribución de libros nazis de Varela, de quien el tribunal llegó a destacar que “rescató obras abierta y groseramente discriminatorias para los los judíos”.
Los libros y las charlas y actividades de la librería Europa iban dirigidas a “la defensa y ensalzamiento a ultranza de varios de sus autores, como Adolf Hiter y de Rudolf Hess”, añadió la sentencia. Con todo, el cierre de los negocios solo podía ser una consecuencia de una condena por asociación ilícita y no por incitación al odio, según razonó el tribunal.
En una pedagógica argumentación, la fiscal Marta Gloria López Catalá compara el caso de los establecimientos y negocios de Varela con el decomiso de barcos dedicados al tráfico de droga. Si la jurisprudencia del Supremo ha avalado la incautación definitiva de vehículos que se usaban para transportar estupefacientes, también debe proceder del mismo modo con los vehículos (en este caso, la librería y la editorial) a través de los que Varela propagaba el discurso de odio por el que ha sido condenado, razona la fiscal.
“Los espacios de la librería Europa y ediciones Ojeda y su marca inscrita en el registro de patentes son los instrumentos a través de los que se han cometido los hechos delictivos”, recuerda la fiscal, que sí ve posible que su clausura sea una consecuencia de la condena por incitación al odio. Por ello el recurso no incluye una petición de condena por asociación ilícita, sino que ve encaje legal del cierre en el único delito por el que ha sido condenado en primera instancia.
Además del cierre de los locales, la Fiscalía solicita en su recurso que se clausuren las páginas webs de la librería y la editorial, así como su página de Facebook y el dinero decomisado en una cuenta bancaria de Varela, que la Audiencia de Barcelona también salvó de su destrucción definitiva.