La inquilina llevaba en la vivienda, propiedad de Coral Homes y Caixa, más de un año y no tenía acceso ni a luz ni a agua. La PAH advierte de que la semana que viene tendrá lugar otro desalojo en el barrio
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Liz y sus cuatro hijos, tres de ellos menores, han sido desahuciados este miércoles de su vivienda en el barrio madrileño de Vallecas. Pese al intento de frenarlo del movimiento vecinal, que ha asistido al lugar primera hora de la mañana, finalmente el juzgado ha seguido adelante con la acción policial.
“Es desesperante, en la zona hay varios desahucios todas las semanas y parece que se han convertido en costumbre”, afirma una de las vecinas. Este es el tercer y último intento de llevar a cabo el desalojo de la familia. En el anterior, producido hace apenas diez días, Liz tuvo que ser atendida por uno de los policías ante la presión que vivió por lo sucedido.
“Fue mucho más dramático. Es comprensible, imagina que te echan de tu casa donde estás intentando construir una vida. Es desolador”, explica otro de los vecinos que estuvo presente. El pequeño piso en el que residían desde hace más de un año, propiedad de Coral Homes y Caixa, no tenía acceso ni a la red eléctrica ni al agua.
El cordón policial se ha instalado en el número 30 de la calle Carlos Aurioles a las 6.00 de la mañana, anticipándose a la acción vecinal que había organizado el encuentro una hora y media después. “Nosotros solemos convocar tiempo antes de la hora del desahucio, pero hoy han llegado antes”, explica una de las integrantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ante los tres furgones que impedían el acceso a la calle por todas sus entradas.
Una veintena de personas se han congregado alrededor de la cinta policial a la espera de recibir la noticia que temían. “Creo que todos tienen miedo, hace años bajaban todos los vecinos a intentar frenar esto, ahora casi no hay movimiento. Quizá por las represalias, quizá porque estamos adormilados, pero las cosas sólo van a peor y, a este paso, nos encontraremos con desahucios de habitaciones”, explica indignado un vecino.
Liz y sus cuatro hijos pasarán a residir en uno de los hoteles de Parla que proporciona Cruz Roja para situaciones de emergencia. Sin embargo, esta solución es exclusivamente temporal porque dentro de seis meses se verán de nuevo en la incertidumbre de aquellos que no tienen un lugar al que poder llamar hogar. Gracias a las negociaciones que ha llevado a cabo la PAH, la madre ha podido sacar las pocas pertenencias que le quedaban en la vivienda entre lágrimas y con ayuda de los vecinos que se han mostrado predispuestos a utilizar su propio vehículo e instalaciones sociales para ayudar a la madre al traslado.
“Sólo una de las hijas tiene 18 años, el resto todavía siguen en proceso de escolarización y el desahucio solo provoca que su vida sea mucho más complicada, además de los diferentes traumas que se pueden derivar. Lo impactante es ahora, pero el después también hay que tenerlo en cuenta”, explica una de las vecinas que lleva años luchando en la causa.
“Pasa constantemente en el barrio, se desalojan familias para poder hacer negocio con las viviendas y, en muchos casos, estas pasan años vacías. La ley de Vivienda no funciona y la queja social de los alquileres no impide el drama diario: que se sigue desahuciando”, explican desde la plataforma ante la impotencia que se estaba viviendo después de que el recurso interpuesto no hubiera llegado a tiempo para frenar el desalojo.
La mañana no ha tenido incidentes porque las negociadoras del proceso han solicitado a los presentes que, pese a que era notable la indignación, se fuera con cautela para que en caso de que se produjera el desalojo pudieran sacar los efectos personales de la familia. “En otros casos hemos montado jaleo y no nos han dejado sacar las cosas de la casa, vamos a ir con cautela porque la situación pinta muy fea”, han señalado.
Los desahucios no cesan
Vallecas es uno de los barrios madrileños que más desahucios padece con el paso de las semanas y, aunque el movimiento vecinal no haya logrado frenar este, ya están pensando en el siguiente. Pilar, una de las mujeres que ha asistido este miércoles a la calle Carlos Aurioles para protestar, será protagonista de lo mismo el próximo viernes 18 de octubre. “La mayor tragedia es que no para, no hay días de descanso. Hoy venimos a intentar frenar uno, pero el siguiente está a la vuelta de la esquina y así sucesivamente”, explican desde la PAH, que logró frenar otro en Vallecas hace menos de una semana.
Además, desde la plataforma exigen responsabilidades al Gobierno por tener parte de la propiedad de Caixa. “Si un porcentaje de la entidad pertenece al Estado es incomprensible que este tipo de hechos se sucedan semanalmente. Debemos protestar ante una nula gestión ante un drama humanitario como este y solicitar a los vecinos del barrio que se movilicen”, ha explicado una de las portavoces debido a que, el desahucio de la próxima semana también es de una vivienda del banco.
La cuenta atrás de seis meses ha dado comienzo este miércoles tras el desahucio para Liz y su familia. Tras este periodo de tiempo su vida volverá a estar en el aire al no tener alternativa habitacional.