Le guste o no, Pedro Sánchez tiene la legislatura en el alambre. Los 1.000 días de lucha ya no dependen únicamente de él. Necesita unos presupuestos, necesita que el PP se mantenga aislado, necesita cumplir su compromiso de no impunidad y necesita que el cortafuegos de Ábalos resista
El presidente Sánchez anuncia 1.000 días de batalla. Pero parece más la expresión de un deseo que una certidumbre. Alberto Núñez Feijoo da por acabado a Pedro Sánchez. Pero también parece más la expresión de un deseo que una certeza. Los ingleses llaman a esto ” y pocas cosas hay más arriesgadas en política.
“Wishful ThinkingIgual que la lluvia torrencial obligó a acortar el desfile del 12 de octubre, la corrupción torrencial que cae desde el caso Ábalos —antes conocido como el caso Koldo— puede obligar a acortar la legislatura… o no. Como tantas veces desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, el Partido Popular y la prensa conservadora proclaman exultantes su clásico “esta vez sí, lo tenemos”. Como tantas otras veces darlo por muerto antes de tiempo puede acabar constituyendo su mayor error.