En España el parque de coches en renting ronda el millón, en una modalidad que crece más que la propiedad tradicional, sobre todo, entre los ‘millennials’ y la Generación Z
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Comprar un coche ha dejado de ser una prioridad. No significa necesariamente que se necesite menos tener un vehículo, sino que cada vez hay más conductores que se decantan por otro tipo de alternativas, desde el renting pasando por el alquiler por horas. Por delante hay otro tipo de gastos que sí son esenciales como la vivienda o la cesta de la compra. Incluso se da preferencia a otros desembolsos, como las vacaciones, en un momento donde los precios de los hoteles están disparados.
El sector del automóvil habla abiertamente de cómo ha cambiado esta realidad. “En la actualidad, la compra de un coche ha perdido prioridad para muchos consumidores. Factores como la vivienda, ya sea en compra o en alquiler; y los gastos relacionados con los suministros y la cesta de la compra se han vuelto preocupaciones más urgentes”, explican fuentes de Faconauto, la asociación empresarial que agrupa a los concesionarios oficiales de las marcas. A eso se suman los tipos de interés, que han desincentivado la compras a crédito.
“El coche se ha convertido en un elemento de posible gestión. Ahora las familias invierten menos en la compra y más en otros gastos, en contratar más servicios, buscan soluciones temporales de movilidad, como un ‘rent a car”, apuntan en la misma dirección José-Martín Castro, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos. “Tener un coche ha pasado de ser un gasto fijo a uno variable”. Al final, es lo mismo que vemos en otros sectores muy diferentes, como las plataformas de contenidos. “La movilidad sigue esa misma tendencia, queremos tenerlo todo sin atarnos a nada”, indican desde Ganvam, la asociación que agrupa tanto a concesionarios como a talleres.
Se sigue yendo al concesionario, pero menos
Aunque la propiedad, en su sentido tradicional, ya no sea la única alternativa para tener un vehículo, el sector se sigue guiando por las cifras de matriculaciones, que mensualmente desglosan cómo van las ventas de automóviles. Y van bien pero no todo lo rápido que querría la industria. Hasta septiembre se han comercializado en España más de 744.000 coches. Cifra que incluye tanto vehículos de combustión como bajos emisiones, vendidos a particulares o a empresas. Esas ventas están un 4,7% por encima de las del año pasado, pero aún estamos muy lejos de los datos prepandemia, porque se venden un 23% menos de automóviles que en 2019.
Cuando se compra, tampoco es como antes. Ahora se llega al concesionario “con una investigación hecha al 80%”, argumenta Faconauto. “Según nuestros datos, el 93% de los consumidores considera necesario ver y probar el coche antes de realizar la compra”, añade esta asociación. “Sin embargo, la ratio de visitas al concesionario ha bajado hasta 1,2 o 1,5, cuando décadas atrás un comprador visitaba, por lo menos, cinco puntos de venta antes de adquirir su vehículo”.
“La gente ahora tiene muy claro lo que quiere. Vienen muy informados y los distribuidores se convierten también en asesores tecnológicos, porque en ocasiones llegan con la idea de un tipo de vehículo y, en realidad, les conviene otro”, matizan fuentes de Ganvam.
Nuevos modelos de compra
Una de las pruebas del cambio de modelo es el pago por uso. De todos los automóviles que se han vendido este año en España, casi 250.000 corresponden a empresas de renting. Un segmento que crece un 12,4% respecto al mismo periodo de 2023. Es decir, tres de cada 10 coches que se ponen en circulación corresponden a esta modalidad de contratos. En total, el parque en renting ronda el millón de unidades, más de 930.000 al cierre de agosto.
“Se está produciendo un cambio de patrón en el cliente que llega al renting, hay menos empresas y más autónomos y particulares”, señala José-Martín Castro. “Y dentro de eso, nos llega un particular de menos de 40 años, que sigue patrones nuevos, que funciona de una forma muy planificada, que no quiere sustos porque sabe muy bien cuál es su nómina y prefiere tener todos los gastos atados. Es gente que considera que la propiedad de un coche es más un problema que una solución”, añade. Algo que ocurre tanto en las ciudades como en territorios rurales.
“Vemos un notable crecimiento”, en este contrato de pago por uso, “de los millennials y de la Generación Z”, apuntan desde Faconauto, porque prefieren no tener el compromiso financiero que implica la compra tradicional. Además, las diferentes fuentes consultadas apuntan que esta es una puerta de entrada a la movilidad baja en emisiones. “Son conductores que, de entrada, no se compran un eléctrico, pero que sí apuestan por alternativas que le permiten usar un coche bajo en emisiones, por ejemplo, para entrar en el centro de las ciudades”.
Ahí es donde también entra el ‘car sharing’ y otro tipo de alternativas, aunque ahí no todo ha funcionado. Por ejemplo, Seat ha decidido abandonar este negocio –tanto en motos como en coches– después de perder más de 31 millones de euros. Hay otras compañías que ofrecen otro tipo de contratos, a las que tampoco les va tan bien como hace un año. La enseña de origen chino Lynk & Co, que ofrece ‘car sharing’, junto con un modelo de suscripción por uso a partir de 525 euros al mes y otro de venta tradicional, ha visto cómo este año sus ventas caen hasta septiembre un 72%. El año pasado matriculó entre enero y septiembre más de 3.700 coches y en 2024, en el mismo periodo de tiempo, ha superado ligeramente las 1.000 unidades.
La opción del segunda mano
La compraventa de coches de segunda mano ganó protagonismo hace tres años, cuando las cadenas de suministro de la industria del automóvil se frenaron de golpe por la falta de microchips. “Con la crisis de los chips se notó el desplazamiento de la demanda, pero siempre se han vendido más coches de segunda mano que nuevos”, aseguran desde Ganvam. La ratio, dos a uno. “Pero en otros países europeos es aún más alta, tres usados por cada nuevo o más”, añaden desde esta asociación de vendedores y reparadores de automóviles.
El año pasado se mantuvo esa relación de dos a uno. En España se comercializaron más de 1,9 millones de vehículos de segunda mano. Cabe recordar que España tiene uno de los parques más antiguos de Europa, porque la edad media de los coches en circulación supera los 14 años.
Con la crisis de las cadenas de suministro “lo que había disponible en ese momento era el usado de más de 10 años, que se revalorizó, porque había mucha escasez del usado de cero a cinco años”, explica la asociación Faconauto. “Ahora la producción se ha normalizado, por lo que se está generando stock de esos usados jóvenes que vuelven a ser los más demandados y los que están tirando de este mercado”.
Uno de los factores que está cambiando este segmento es el re-renting, “Es para aquellos clientes a los que les interesa el mercado de ocasión pero con determinadas garantías”, afirma José-Martín Castro. “Da facilidad a quien se compra un vehículo de ocasión, con una cuota mensual que dura entre seis y 18 meses y después deciden si se lo quedan”. Ahí, asegura el responsable de la asociación de renting, “hay más predisposición mayor a quedarse el vehículo” que si se trata de un coche nuevo.
En los últimos años también está cambiando la estrategia de las grandes multinacionales respecto a este negocio. Por ejemplo, en 2020, el Banco Santander compró la web coches.com enfocada en el mercado de vehículos de ocasión y el renting. Y fabricantes como Stellantis, la matriz de Opel, Fiat, Peugeot o Citroën tiene bajo su paraguas Spoticar, también ligado a ese segmento.