El Tribunal Supremo, tras detectar la chapuza del TSJM al admitir una querella que no se sostenía, le ha dado la vuelta al caso como si fuera un calcetín, y pa’lante, como le gusta decir ahora a Ayuso
El Kremlin de Ayuso: cada vez que salen a la luz delitos y corrupciones familiares, cae alguien por la ventana
La obsesión de la derecha por tumbar al Gobierno de Sánchez ha alcanzado el delirio con la decisión sin precedentes del Tribunal Supremo de abrir una causa contra el fiscal general del Estado. Para llegar a este punto, todos los que podían hacer han hecho: el Partido Popular, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el “Ilustre” Colegio de Abogados de Madrid, la Presidencia de la Comunidad de Madrid, el Consejo de Fiscales, varios medios de comunicación y, como guinda, el Supremo, concretamente su Sala Segunda, presidida por el juez Marchena, . ¿Y la institucionalidad del Estado? ¿Y la calidad de democracia? Pues que se jodan. España se está hundiendo y la urgencia patriótica es echar a Sánchez.
a quien el PP pretendía aupar a la presidencia del tribunal para controlar la justicia “por la puerta de atrás”