El PP de Feijóo acusa a Sánchez en la Eurocámara de «poner en riesgo la seguridad de la UE» por el incremento migratorio

A la extrema derecha le parece poco el endurecimiento de la política migratorio planteado por Bruselas al abrir la puerta a los centros de deportación fuera de la UE y reclama «financiar muros» o dificultar el derecho al asilo con una reforma de los tratados

Los centros de detención de migrantes fuera de la UE abren la primera brecha de Von der Leyen con sus socios

Para el PP de Alberto Núñez Feijóo hay un culpable de los flujos migratorios que se han trasladado hacia la ruta canaria: Pedro Sánchez. “El verdadero efecto llamada de la UE se llama Sánchez”, ha dicho la portavoz de la delegación española, Dolors Montserrat, durante un debate en el Parlamento Europeo sobre la política de deportaciones en el conjunto del continente. “La inacción del Gobierno de Sánchez no sólo pone en riesgo la seguridad de la UE sino a los miles de inmigrantes utilizados por las mafias”, ha acusado la euroodiputada del PP.

“La frontera sur está en riesgo de colapso ante la llegada constante de inmigrantes irregulares. Las mafias no eligen al azar donde envían las pateras”, ha agregado Montserrat, que ha asegurado que Canarias, Ceuta y Melilla son las tres regiones europeas “que más inmigración irregular reciben y no es por casualidad”. La ruta canaria ha experimentado un notable aumento de llegadas, pese a su peligrosidad, tras un descenso en 2022. Según los datos de Frontex recopilados en lo que va de año, se ha incrementado en un 100% llegando a 30.616 personas. Aún así, la ruta del Mediterráneo central sigue en cabeza con 47.710 personas (con un descenso del 64%). En el caso del Mediterráneo occidental, han llegado 11.483 personas (un 1% menos que en 2023).

“El Gobierno no protege las fronteras ni a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Elude la cooperación internacional, desoye a Europa y desprecia la ayuda de Frontex”, ha dicho Montserrat. No obstante, cuando comenzó el incremento de los flujos por la vía canaria, el Gobierno pidió ayuda a la Comisión Europea, que llegó de forma financiera, sobre todo para países de origen y tránsito. En cuanto a Frontex, ya tiene 60 agentes desplegados para labores de identificación, investigación e inteligencia. Lo que ofrece la agencia extra es patrullar en aguas canarias, pero ya hay medios de Salvamento Marítimo y lo que reclama España es que llegue a acuerdos con Mauritania, Senegal o Gambia para poder hacer ese control en sus aguas.

La oradora del PP español ha centrado en Sánchez –sacando a relucir la amnistía, ETA o el “asalto a RTVE” y acusándole de “aferrarse al poder”– su intervención sobre la política de retornos, que era lo que se debatía mientras sus correligionarios han aprovechado para aplaudir el giro de Ursula von der Leyen al abrirse a la creación de centros de deportación fuera de la UE copiando el modelo que ha puesto en marcha Giorgia Meloni en Albania y que ha censurado la justicia italiana.

Esa postura de la presidenta de la Comisión Europea ha abierto la primera brecha con sus socios que ha quedado reflejada en el debate. “Von der Leyen debe abandonar su propuesta inhumana e ilegal de crear centros de deportación en terceros países. Es inaceptable doblegarse ante la extrema derecha para bendecir un modelo migratorio que viola los derechos humanos”, ha advertido la portavoz socialista, Iratxe García. “65 millones se ha gastado para el traslado de migrantes. No se respetan nuestros valores y es un sistema que no funciona. Están poniendo en tela de juicio nuestra soberanía”, ha señalado la liberal Valérie Hayer. “Los acuerdos de deportación y los campos en el extranjero son un enfoque inhumano, caro e ineficaz de una situación compleja”, ha dicho Tineke Strik, de los Verdes.

Por el contrario, la extrema derecha ha dejado claro que es insaciable respecto al endurecimiento de las políticas migratorias. “Contra la inmigración ilegal, deportación; contra inmigración ilegal masiva, deportaciones masivas”, ha defendido el portavoz de Vox, Jorge Buxadé, obviando que las deportaciones indiscriminadas están fuera del encaje legal. El jefe de la delegación de la extrema derecha española ha vuelto a vincular la inmigración con delincuencia y se ha referido a la entrada de 65 paquistaníes a los que ha vinculado con el ISIS reconociendo él mismo que no hay información al respecto. “Nueve estados musulmanes les han dejado pasar, ¿por qué no se quedan ahí?”, se ha preguntado en un discurso plagado de xenofobia.

Ha sido la misma línea de todos los portavoces de la ultraderecha. “Tenemos que reforzar las fronteras externas, financiar muros en las fronteras, financiar a Frontex, y una política de retornos más eficaz”, ha agregado la ultraderechista polaca Jadwiga Wiśniewska, que también ha vinculado a los migrantes con el terrorismo o los delitos sexuales. “Hay una cura a este mal. Tenemos fronteras que vigilar”, ha dicho la eurodiputada de Reconquête! Sarah Nafoh. La representante del PVV del holandés Geert Wilders Marieke Ehlers ha pedido “políticas de migración y asilo muy estrictas” que pasarían por una “modernización de los tratados” en los que se reconoce el derecho a la protección internacional.

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