Al atravesar la rotonda que conduce hacia el cementerio de Palma, camposanto en una de cuyas fosas comunes reposan, entre otros, los restos de la ‘‘, la portentosa silueta de un águila con las alas extendidas llama poderosamente la atención. Sin embargo, no todo el mundo sabe que se trata de un mausoleo que las autoridades italianas hicieron construir en 1945 para conservar “los restos mortales de los camaradas que dieron su vida en la lucha contra el marxismo”, por el derrocamiento de la Segunda República y por la implantación de un régimen fascista en España. Para garantizar su mantenimiento, el Gobierno italiano abona cada año 449,11 euros a la Empresa Funeraria Municipal (EFM), de acuerdo a la documentación consultada por elDiario.es.