Las sociedades de inversión libre se han triplicado en España en solo dos años; varias ya tienen cientos de millones invertidos y familias como los Del Pino, Abelló o Revoredo han apostado por ellas
Del Pino, Koplowitz, Ybarra… Veinte multimillonarios españoles con sicavs en Luxemburgo
Con nombre de río gallego, están atrayendo un millonario flujo de inversión de muchos grandes patrimonios españoles. Son las denominadas “sociedades de inversión libre” (SIL), que discretamente se van perfilando como alternativa a las famosas sicavs tras el endurecimiento del régimen legal para estos vehículos de inversión colectiva.
El número de sicavs registradas se ha desplomado en los últimos años, tras el refuerzo de los controles sobre ellas. Al cierre del primer trimestre quedaban 442, frente a los más de 2.300 de 2021, según los últimos datos disponibles de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Muchos multimillonarios han optado por abrir sicavs en Luxemburgo y algunos han apostado por las SIL. Las cifras son aún discretas (hasta marzo había 61, según el último dato oficial), pero se han casi triplicado en solo dos años.
Estas firmas permiten invertir en cualquier activo o instrumento financiero derivado: acciones, deuda pública, inmuebles o incluso obras de arte. Tienen la ventaja de tributar al 1% en el Impuesto de Sociedades. Exigen una inversión mínima de 100.000 euros (reservada a inversores profesionales) y al menos 25 partícipes, mientras las sicavs requerían 100 partícipes con un mínimo de 2.500 euros cada uno para tributar al 1%, lo que propiciaba el uso de los denominados mariachis (inversores de paja). Al tener personalidad jurídica propia (son sociedades anónimas), las SIL pueden endeudarse hasta cinco veces su patrimonio.
Estos vehículos llevan muchos años en marcha. Pero solo han empezado a crecer en paralelo al declive de las sicavs. En algunos casos, las cifras que tienen invertidas son ya de cientos de millones. Destaca con amplia diferencia una de las últimas en llegar, Turqueta Gestión, de Leopoldo del Pino, accionista de Ferrovial (conserva cerca de un 4%), hijo del fundador de la constructora y que ya en febrero de 2021 afloró la propiedad de una sicav en Luxemburgo, en un movimiento que acaba de imitar su hermano y presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, tras llevarse al Gran Ducado su sociedad patrimonial holandesa después de trasladar allí la sede de la constructora.
Turqueta fue inscrita en diciembre de 2023 y acumulaba a junio 482,6 millones de patrimonio. Leopoldo del Pino tiene un 99,89% de esta SIL a través de su patrimonial Siemprelara. El pasado 5 de enero le inyectó 295,4 millones, según sus últimas cuentas, disponibles a través de Insight View. A junio, Turqueta incumplía ese requisito de contar con al menos 25 accionistas. Solo tenía dos, aunque estaba en plazo para cumplir la normativa.
La segunda SIL con más patrimonio, 230,8 millones, es Austral Capital, SIL, de la familia Abelló. Presidida por Miguel Abelló Gamazo, hijo del octogenario magnate Juan Abelló. “Actualmente Austral Capital SIL tiene dos accionistas significativos que representan el 67,25% y el 29,65% (96,90% en total) sobre el patrimonio de la SIL”, explica en su último informe trimestral. Inscrita en julio de 2021, está integrada en Grupo Nueva Compañía de Inversiones, dice en sus cuentas de 2022, últimas disponibles en la CNMV.
En tercer lugar, figura Boysep Investiment SIL, SA, del catalán José Llorens Torrá, propietario de la constructora Epsa y el holding Llotor, dueño de más de 80 empresas en varios países. Llorens es la primera fortuna de Lleida, según Forbes, con un patrimonio de 900 millones. El último ranking de El Mundo le sitúa como la 37 persona más rica de España. Su SIL acumulaba más de 137 millones hasta junio.
A continuación, otra de las últimas en llegar, Masira Inversión, ligada a la familia Medina, propietaria del holding tecnológico y agrícola sevillano Medina Garvey y al ducado de Santisteban. Se creó el 8 de marzo y a junio tenía 113,13 millones de patrimonio. Es la sucesora de su antigua sicav, que se llamaba igual, Masira (como un atolón de 650 kilómetros cuadrados de superficie en la costa de Omán) y era la más rentable de España, como contó Cinco Días en febrero.
Ese mes echó a andar RHO Investments, SIL, que a junio manejaba casi 90 millones. La administran los responsables de la gestora Auriga, encabezados por Rodrigo Hernando (dueño del 58,27%), junto los otros dos socios de esa firma, el conocido empresario hortofrutícola valenciano Enrique Martinavarro e Íñigo Resusta.
Hernando, que estuvo salpicado por el caso Malaya de corrupción en Marbella (llegó a estar imputado por blanqueo y acabó absuelto), trabajó hace muchos años en Intermoney, la agencia de valores de la que procedían, entre otros, el luego vicepresidente de la CNMV Carlos Arenillas. Este último preside la SIL más antigua inscrita en los registros del regulador, Equilibria Investments, que data de 2011 y a junio tenía 6,5 millones de patrimonio.
Otro nombre muy vinculado al mundo financiero es Fernando Gumuzio, fundador del fondo inmobiliario Azora, uno de las mayores tenedores de viviendas de España. Su sociedad Berango Viento SL está tras la SIL Plaza de Colón Inversiones, creada en noviembre de 2022 y con 37,4 millones. Otro ejemplo es José María Echarri, cerebro de la firma de capital riesgo Inveready. Su sociedad The Nimos Holding SL controla Prestige Inversiones, inscrita en diciembre de 2022 y con 21,3 millones de patrimonio.
Con casi 82 millones figura una de las SIL más veteranas, Belona Inversiones Financieras. Inscrita en 2014, pertenece a los Isidro Rincón, ex propietarios de la papelera Europac y dueños de la inmobiliaria Ibervalles, que tuvo como consejero al juez Vicente Gilarte hasta su nombramiento como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Con 74,47 millones figura All You Need Is Love Tech Capital, inscrita en marzo de 2022. A cierre de 2023 tenía como mayor accionista a Axpe Cartera SL, del empresario Manuel Revuelta, fundador de la consultora tecnológica madrileña Axpe, a la que el sindicato CGT señaló hace años como “terrorífico” ejemplo de prácticas laborales abusivas.
Semidesconocidos
Revuelta está entre las decenas de millonarios poco conocidos que han apostado por las SIL en los últimos años. Destaca por volumen de activos Polo Capital, de la familia Polo, dueños de la inmobiliaria sevillana Viapol, y que cerró junio con casi 70 millones. O Finlar Inversión, inscrita en mayo de 2022, con casi 50 millones de patrimonio. A cierre de 2023 tenía un 94,32% de sus acciones en manos de Inverlasa, del matrimonio formado por Víctor Ruiz y Rosario Lafita.
Ruiz, principal accionista de Azkoyen, fundador de la quebrada ingeniería Eurofinsa y con fuertes intereses en el ladrillo madrieño, es patrono junto a, entre otros, Javier Fernández-Lasquetty, de Civismo, think tank ultraliberal que celebra “el día de la liberación fiscal”, compara a Pedro Sánchez con un nazi y financian ultrarricos como Abelló, Ruiz o Helena Revoredo. La dueña de Prosegur también tiene su propia SIL, Freecap Investment, SIL. Se creó en marzo de 2021 y por ahora maneja unos 12 millones.
Mucho menos conocidos son los Martínez, tras el grupo canario Martínez Abolafio, vinculado a la construcción o el turismo y con una intensa relación con Guinea Ecuatorial. Tienen dos SIL inscritas en julio de 2014, Majestic Inversiones Financieras e Infimar Inversiones Financieras. A junio sumaban un patrimonio de casi 41 millones.
Varias familias han montado SIL con las plusvalías obtenidas tras vender sus empresas. Es el caso de Roberto Ayuso, ex dueño de varias franquicias de Seur, hoy propiedad del grupo francés Geopost. Su sociedad Cansevi SL tenía a cierre de 2023 el 98,65% de la SIL Invercansevi, con 23,7 millones de patrimonio hasta junio. Se inscribió en diciembre de 2022.
Otro caso es Néstor Oller, heredero de la farmacéutica catalana Prodesfarma, hoy propiedad de Almirall, y dueño de un 8% de AC Hoteles, con una fortuna de 205 millones, según El Mundo. Está tras Jungleland Value SIL, con 20,3 millones de patrimonio. También muy vinculado a Catalunya está Alejandro Guerrero Kandler, uno de los empresarios investigados por supuesto blanqueo en el caso Pujol. Es administrador único de Agi Hotels, que a cierre de 2023 tenía el 88,9% de Patkanga Quality Investments SIL, inscrita en octubre de 2023 y con 14,7 millones de patrimonio hasta junio.
Hay varias SIL vinculadas a la aristocracia empresarial vasca. 24,2 millones atesora una de las más recientes, Txiluagi SIL. Inscrita en febrero, la preside Jorge Aguirre, cuñado del industrial Cosme Delclaux, secuestrado por ETA en 1996 y liberado tras 232 días de cautiverio. Otro caso es Euskadi Inversiones Selectivas, SIL, administrada por cuatro hijos del industrial vasco José María Egaña, fundador de los lubricantes Krafft, secuestrado por ETA en 1986 y fallecido en 2020. Se inscribió en febrero de 2023 y tiene un patrimonio de 14,7 millones.
En torno a los 10 millones está Tormes Inversiones 2019, presidida por Francisca Orozco, que según los registros de la CNMV está vinculada a Óscar Fanjul, nuevo presidente no ejecutivo de Cellnex, vicepresidente de Ferrovial y expresidente de Repsol. En esta SIL una persona física tenía el 75,14% a cierre de 2023, según la información disponible en la CNMV.
Con 9,8 millones figura Rank Inversiones, de los Colomer, dueños de la inmobiliaria Pryconsa y en el puesto 35 del ranking de ricos españoles, con un patrimonio estimado en 1.560 millones. Con 7,1 millones figura Terra Blava Global, creada en 2023 y administrada por sociedades de los hermanos Antonio y David Sánchez Sotillos, empresarios del sector de los festivales de música, y Enrique Selva, fundador y consejero delegado del grupo valenciano de renovables Umbrella Solar.
Solo en el último mes se han inscrito en la CNMV cuatro sociedades de este tipo. Destaca Azahar Inversiones Capital, presidida por Juan Ignacio Conesa Alcaraz, copropietario del grupo murciano de transporte por carretera Primafrío y con una fortuna familiar estimada en unos 1.500 millones. Inscrita el 20 de septiembre, ha arrancado con un capital inicial de 100 millones. El máximo se ha fijado en 1.000 millones.