La alerta que la Generalitat Valenciana envió a los móviles llegó cuando centenares de personas ya estaban atrapadas

La respuesta tardía del Gobierno de Carlos Mazón propició escenas de caos y colapso

Mazón eliminó en cuatro meses la Unidad Valenciana de Emergencias, una “ocurrencia” heredada de Ximo Puig

La alerta de la Generalitat Valenciana llegó automáticamente a todos los móviles de la provincia de València a las 20:12 de este martes, cuando muchos ciudadanos ya estaban atrapados en carreteras, bajos, urbanizaciones e incluso en centros comerciales como el Bonaire. Se trata de la peor tragedia meteorológica desde la pantanada de Tous en 1982. El balance provisional se eleva a, al menos, 62 fallecidos.

Una fuente conocedora de las interioridades de la gestión autonómica de las emergencias sostiene que la Generalitat reaccionó “tarde”. Aun reconociendo que hay “componentes imprevisibles” en una DANA, la misma fuente estima que la consellera de Justicia, Salomé Pradas, convocó tarde el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi): “Lo deberían haber hecho antes”. Se trata del órgano que se instala en este tipo de situaciones en Centro de Coordinación de Emergencias de l’Eliana y que se adelanta a los posibles escenarios y recursos necesarios y se coordina con los responsables de carreteras y otras infraestructuras para mejorar la respuesta con cierta antelación. Otra fuente vinculada a la seguridad considera que se ha producido una “evidente negligencia política” y un “desastre sin paliativos” por la “falta de previsión”.

El mensaje automático enviado por la Generalitat a las 20:12 advertía de “fuertes lluvias” y pedía evitar los desplazamientos por carretera. Sin embargo, para muchos conductores y vecinos de la provincia de València, especialmente en las comarcas de la Ribera y de l’Horta Sud, ya era tarde. Una sensación de caos —incluso de colapso— se instaló en toda la provincia de València y en la comarca de Utiel-Requena, principales zonas afectadas. Diez horas antes, la Aemet advertía de la situación de alerta roja en la que se encontraba la provincia de Valencia y advertía de “peligro extremo”.

Además, a las 17.30 horas la Confederación Hidrográfica del Júcar avisó del aumento del caudal del río Magro, “que podría alcanzar los 1.000 m3/s aguas abajo del embalse de Forata”. Polr ello, activó la alerta hidrológica y notificó a los municipios ribereños del río Magro y del río Júcar “desde Algemesí hasta la desembocadura en Cullera”. Este caudal, explicaban, “implica que se pueden producir desbordamientos generalizados en las áreas próximas al río”.

Cientos de ciudadanos que esperaban a ser rescatados contactaron en directo con medios de comunicación como la televisión autonómica À Punt narrando, desesperados, su propia situación o la de familiares. Las redes sociales y familiares se activaron enseguida y numerosos videos dantescos circularon por mensajes de Whatsapp.

Mientras la Generalitat Valenciana lanzaba meras recomendaciones hasta la alerta automática de las 20.12, varias instituciones públicas y privadas ponían a sus miembros en alerta ante la que se venía encima. En una rueda de prensa celebrada a las 13 horas en el Palau de la Generalitat, Mazón afirmó: “Según la previsión, el temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca por lo que se espera que en torno a las 18.00 disminuya su intensidad en todo el resto de la Comunitat Valenciana.

No fue así. Pasadas las 21h, el president Carlos Mazón compareció en el Centro de Coordinación de Emergencias, situado en l’Eliana, para reiterar la petición a la población de que no saliera a las carreteras, especialmente en la provincia de València, epicentro del desastre.

Mucho antes, sobre las 17.45, Adif ya había interrumpido la circulación de trenes de alta velocidad. El Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat estableció el nivel de emergencia por el temporal en situación 2 del plan especial de inundaciones en la provincia de València a las 19.30, cuando ya se había desbordado el río Magro en los términos municipales de Carlet y Algemesí.

Colapso del 112

El teléfono del 112, del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat, sufrió un colapso ante la avalancha de llamadas de auxilio. Aunque en ningún momento dejó de funcionar (daba tono), tardaba mucho en atender las llamadas. Emergencias de la Generalitat advirtió por la noche de que el 112 no había “caído” sino que el volumen de llamadas era “alto”. Posteriormente, se activó el teléfono 900 365 112 para la atención de los familiares de los desaparecidos.

Poco después de las siete de la mañana de este miércoles, la Generalitat ha remitido a todos los móviles un mensaje de alerta automático que reiteraba la petición de evitar desplazamientos por carretera. A las 10.24 ha sonado una tercera alarma automática. Se trata de la alerta móvil de protección civil ‘Es-alert’, un sistema masivo y directo de aviso a la población que envía un mensaje a cada teléfono móvil con un pitido estridente y repetitivo.

La responsabilidad de la coordinación recae en la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, encabezada por el secretario autonómico, Emilio Argüeso, y encuadrada en la Conselleria de Justicia e Interior, dirigida por Salomé Pradas. Y, en última instancia, en el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.

La agenda oficial del responsable de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, disponible en el portal de transparencia GVA Oberta, detalla cuatro reuniones durante toda la mañana del martes aparentemente ajenas al desastre que se avecinaba.

El peor desastre desde la pantanada de Tous

El balance provisional de víctimas, al menos 62 fallecidos confirmados oficialmente, sitúa al histórico desastre de la DANA muy por encima de los daños personales y materiales que ocasionó la pantanada de Tous en 1982, con una treintena de muertos.

Aunque aún no hay un balance oficial de fallecidos y desaparecidos —los servicios de emergencia no pueden acceder físicamente a muchas zonas inundadas— ya se han escuchado las primeras voces críticas con la gestión de la Generalitat.

Joan Baldoví, portavoz de Compromís, ha dicho que “hoy no es el día de pedir responsabilidades, que las hay”. Sin embargo, Baldoví ha remarcado el papel de los servicios públicos“ en situaciones de catástrofe y ha advertido: ”Ya vendrán los días de responsabilidades“.

Por su parte, Intersindical Valenciana ha criticado abiertamente la “ineficacia” de Carlos Mazón en la gestión de la DANA que, a juicio del sindicato, ha puesto “en riesgo la vida de centenares de miles de trabajadores y trabajadoras”.

Una “gestión tercermundita”

También se han expresado representantes de la sociedad civil. Andrés Boix, profesor de Derecho de la Universitat de València, ha sido una de las voces más críticas con la gestión del desastre. Boix, en declaraciones a este diario, considera que la emergencia de este martes se ha “tratado exactamente igual que se trató la riada de 1957 por parte de las autoridades franquistas, que no avisaron a la población”.

“Es absolutamente increíble y lamentable que la alerta de la Generalitat llegue a las 20 h de la tarde cuando ya se han producido las inundaciones, pillando a muchísima gente volviendo del trabajo, en el trabajo o en sus casas, pero sin poderse proteger”, afirma.

Boix critica una “gestión tercermundista” agravada por unas infraestructuras y una planificación urbanística que “desde la pantanada de Tous de 1982 parece que no han mejorado nada”. “Se deberán pedir muchísimas responsabilidades porque a los responsables públicos se les debe exigir un mínimo de competencia y profesionalidad”, agrega.

El profesor de la UV denuncia que los responsables políticos de la gestión de Emergencias “estaban desaparecidos y deberían haber estado coordinando y garantizando que hubiera información para la ciudadanía”. Además, también alude a la vertiente judicial del desastre, con el polémico antecedente de la pantanada de Tous y las indemnizaciones.

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