Trump responde a las declaraciones de Biden contra sus seguidores paseándose con un camión de la basura

En una nueva pifia, el presidente Joe Biden calificó a los seguidores de Trump de «basura» y el magnate ha respondido con una rueda de prensa desde un camión de limpieza

“La única basura son sus seguidores”: las declaraciones de Biden sobre Trump que la Casa Blanca intenta matizar después

Vestido como un trabajador de la limpieza y desde la cabina de un camión de la basura, Donald Trump trató de convencer el miércoles a los votantes del disputado estado de Wisconsin de que los demócratas creen que quienes votan por él son “basura”.

La teatralidad se produjo en respuesta a una metedura de pata verbal de Joe Biden la noche anterior. Biden se ha justificado alegando que su intención era condenar a un cómico por sus comentarios racistas en un multitudinario mitin que Trump organizó en el Madison Square Garden de Nueva York el fin de semana.

Trump y sus aliados, sin embargo, han aprovechado las palabras de Biden para argumentar que la candidata demócrata Kamala Harris no es sincera en su promesa de ser una presidenta para todos los estadounidenses, incluso para aquellos que no la voten. En una visita a la ciudad de Green Bay, que se encuentra en una región de tendencia republicana de un estado indeciso que, según las encuestas, cualquiera puede ganar, Trump insistió en este punto al prescindir de su traje de chaqueta habitual y ponerse un chaleco naranja reflectante para dar un discurso ante un estadio repleto de partidarios suyos con la gorra roja.

“Tengo que empezar diciendo que 250 millones de estadounidenses no son basura”, dijo Trump al inicio de su discurso de casi 90 minutos. No especificó cómo había llegado a la cifra de 250 millones, pero parece que se trata aproximadamente de toda la población de Estados Unidos menos los que votaron a Biden en 2020.

“Esta semana, Kamala ha estado comparando a sus oponentes políticos con los asesinos en masa más malvados de la historia, y ahora, hablando en una llamada para su campaña anoche, el deshonesto Joe Biden finalmente dijo lo que él y Kamala realmente piensan de nuestros partidarios. Los llamó basura. No puede ser”.

La metedura de pata de Biden, una de las muchas que ha cometido en sus casi cuatro años en el cargo, amenaza con complicar la campaña de Harris, después de que su esfuerzo por ganarse a los votantes latinos se viera reforzado por el comentario del cómico Tony Hinchcliffe en el mitin del domingo pasado en el Madison Square Garden, en el que dijo que el territorio estadounidense de Puerto Rico es “una isla flotante de basura en medio del océano”.

Las estrellas puertorriqueñas Bad Bunny y Ricky Martin han anunciado desde entonces su apoyo a Harris, y el miércoles, el cantante de reggaeton Nicky Jam, que también tiene vínculos con la isla, citó los comentarios para retirar su apoyo a Trump.

Biden, sin embargo, pareció regalar al Partido Republicano una nueva línea de ataque cuando dijo en una llamada Zoom el martes por la noche con una organización de votantes latinos: “La única basura que veo flotando por ahí son sus seguidores… su demonización de los latinos por parte de sus partidarios es inconcebible y es antiestadounidense”.

El presidente aclaró más tarde que su intención era criticar “la retórica de odio” contra los latinos que se vio en el Madison Square Garden, pero la campaña de Trump insistió en que Biden estaba denigrando a las personas que votaron por el ex presidente.

Harris jugó a la defensiva diciendo a los periodistas: “Estoy en total desacuerdo con cualquier crítica a la gente basada en su voto”. La vicepresidenta ha priorizado últimamente acercarse a republicanos moderados e independientes y ha hecho campaña junto a republicanos que han roto con Trump.

Pero en el mitin de Green Bay, la segunda aparición del día de Trump tras una parada en Carolina del Norte, las palabras de Biden eran lo único de lo que el magnate quería hablar.

“Puedo asegurarle que no somos basura. Cómo se atreve a decir eso?”, dijo Brett Favre, el ex quarterback del equipo de la NFL Green Bay Packers que arrancó grandes aplausos cuando apareció en el mitin.

“Mirando hacia fuera, veo policías, profesores, enfermeras, abuelos, estudiantes. Veo a los estadounidenses de todos los días que hacen grande a este país”.

El senador republicano por Wisconsin Ron Johnson, que ha sobrevivido a repetidos esfuerzos de los demócratas por desbancarle y aumentar su número en la cámara alta del Congreso, dijo: “Os ha llamado basura, pero, admitámoslo, no es la primera vez que los líderes demócratas le dicen a la mitad de los estadounidenses lo que piensan de ellos”. Lo comparó con la ocurrencia de Hillary Clinton poco antes de su derrota en las elecciones de 2016 cuando dijo que la mitad de los partidarios de Trump pertenecían a una “cesta de deplorables”.

Aunque había condenado a Biden por el comentario de la basura en un mitin en Carolina del Norte, Trump optó por una especie de ardid político en Green Bay, bajando de su avión privado con el chaleco naranja y saltando a la cabina de un camión de la basura con las palabras “Trump” escritas en letras azules en su lateral.

Más tarde, en el escenario, el hombre de 78 años contó que le preocupaba poder subir los empinados escalones hasta el camión y que, si se caía, sería captado por todos los medios de “noticias falsas” que esperaban en la pista. “La primera escalera es como, aquí arriba, y digo, mierda”, dijo a la multitud.

“Así que me subió la adrenalina y lo conseguí”.

Pero mientras respondía a las preguntas sentado en la cabina del camión, se negó a disculparse por los comentarios de Hinchcliffe sobre Puerto Rico, repitiendo en cambio su afirmación de que no sabía quién era el cómico ni cómo había conseguido que le contrataran para el Madison Square Garden.

“No sé nada del cómico. No sé quién es. Nunca le he visto”, dijo Trump. “Es un cómico, ¿qué puedo decirte? No sé nada de él. No sé por qué está ahí”.

Traducción de Javier Biosca

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