Cuando Pet Shop Boys decía en 1987 (te quiero, tú pagas mi alquiler) la vivienda no cotizaba como bien de lujo ni las parejas estaban abocadas a una dependencia forzosa para hacer frente a ese gasto. , que en absoluto pretendía reflejar estos matices, bien podría ser una canción de 2024. Nadie imaginaba entonces que el acceso a un techo se convertiría, décadas después, en trauma y frustración para un amplísimo sector de la población.