Sería de ciegos negar que el malestar vecinal existe, y más que justificado. Pero no seamos tan ingenuos de creer que todo es desesperación espontánea cuando la ‘crème de la crème’ del bulo, la intoxicación y la antipolítica, incluida la ultraderecha más violenta, lleva cinco días acampada en la zona
Esperaban que a sus calles arrasadas llegasen equipos de rescate, bomberos, militares, excavadoras y productos de primera necesidad, y nada de eso: los que aparecieron en las calles de los pueblos valencianos más castigados, ya desde las primeras horas, no fue la UME sino Alvise y Desokupa, Negre y sus pseudo periodistas, Iker Jiménez y Ana Rosa, los difusores de bulos contra el gobierno o contra los inmigrantes, los negacionistas, varios grupos neonazis y fachatubers. No ha faltado ni uno, están todos en Valencia.
Los vecinos tienen motivos de sobra para estar desesperados y cabreados, para abuchear a una comitiva oficial que nada trae y que solo entorpece, incluso para lanzar inofensivo y simbólico barro a los impolutos que se pasean sin mucho sentido por sus calles. Sería de ciegos negar que el malestar existe, pues la magnitud del desastre es de por sí ingobernable, y se suman los errores y la mala coordinación de las distintas administraciones en los primeros días, y el desborde generalizado. Pero tampoco seamos tan ingenuos de creer que todo es desesperación espontánea cuando la del bulo, de la intoxicación, del amarillismo periodístico, de la antipolítica y de la ultraderecha, incluida la ultraderecha más violenta, lleva cinco días acampada en la zona.
crème de la créeme