No hay un solo periodista en València (ni en Madrid ni en España) que no conozca a estas alturas que las competencias sobre alertas de Protección Civil son de las comunidades autónomas. Todos saben, aunque a algunos no les dejen escribirlo, que el error fatal de la crisis de València fue minimizar los riesgos, no pedir a la población quedarse en casa, pese a y la información en tiempo real de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Había elementos para hacerlo, como lo demuestra y de la Diputación de Valencia, pero no se hizo. Esa no decisión convirtió una gran riada en una catástrofe con más de dos centenares de muertos y un número indeterminado de desaparecidos.