El Comité de Emergencias de la UV utilizó los avisos públicos de Aemet y canceló el martes las clases, a las que asisten casi 2.000 estudiantes de la zona cero. «No va tanto de saber mucho de algo, sino de saber pilotar el momento», explica un vicerrector al mando
El Comité de Emergencias de la Universitat de València (UV), con 50.000 alumnos, no está formado por físicos ni geógrafos ni meteorólogos, sino por un grupo de vicerrectores, vicerrectoras, catedráticos o jefes de seguridad y edificios. Está encabezado por la rectora, Mavi Mestre. Se creó para proteger a la comunidad universitaria ante adversidades de todo tipo, desde lluvias a alertas terroristas, pasando por terremotos, viento o cualquier inclemencia o suceso que pudiera poner en riesgo la vida de las personas que allí estudian y trabajan. Es también el que se enfrentó a la pandemia y sus riesgos en 2020.
Cuando llegó el fatídico martes 29 de octubre, en los campus de la UV no había alumnos porque el día anterior este comité había decidido anular las clases tomando una decisión tan precavida como polémica: decretaron el nivel 2 de su protocolo –clases canceladas– cuando no había caído casi una gota ni se sabía dónde iba a caer. “Ojalá nos hubiéramos equivocado”, explica Justo Herrera, vicerrector de Economía e Infraestructuras y una de las personas que coordina el comité.
De hecho, el anuncio universitario fue objeto de críticas por parte del mismísimo president de la Generalitat. Carlos Mazón comentó en una reunión informal al final de la mañana del martes, en público, que en la Universitat habían sido “muy exagerados” y que la DANA estaba bajo control, según ha podido saber elDiario.es de fuentes presentes en el Palau de la Generalitat.