“Cada noche tengo que comprobar el horario del día siguiente al llegar a casa, porque probablemente lo hayan cambiado”. Un actor de explica así la volatilidad e inestabilidad de sus horarios. Una consulta que realiza, sin excepción, al final de cada una de sus jornadas laborales, que pueden llegar a extenderse hasta pasadas las 23 h. “Suelen compartirnos el una semana antes, pero siempre están sujetos a cambios”, comenta este intérprete a elDiario.es, que prefiere mantener su anonimato.