El presidente valenciano ha apuntado a los organismos estatales en su comparecencia para defender su gestión de la DANA que ha causado más de 200 fallecidos tras una multitudinaria manifestación que exige su dimisión
La Confederación del Júcar mandó 62 avisos a Emergencias de la Generalitat mientras Mazón estaba de comida
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se sacude la responsabilidad de la gestión de la DANA, el episodio más catastrófico del último siglo en la Comunitat Valenciana. Mazón se ha defendido desacreditando a las agencias estatales como la Aemet y ha insistido, retorciendo datos, en apuntar a la Confederación Hidrográfica del Júcar en su comparecencia de este viernes, 17 días después de las grandes inundaciones.
Ha anunciado que el PP registrará una “comisión de investigación que analice con luz y taquígrafos cuantas cuestiones se han planteado en torno a la respuesta a la peor tragedia de la historia reciente”. El presidente valenciano ha afirmado que “los protocolos no fueron suficientes” y ha insistido en que la DANA “sobrepasó todas las previsiones”, sin pedir perdón por la gestión. Con todo, asegura que “no va a eludir ninguna responsabilidad”.
Sobre las cuatro horas en blanco que mantuvo Mazón el día de la DANA, desde su comida con una periodista a las 15.00 hasta su llegada al Cecopi a las 19.30, el dirigente popular ha reconocido que mantuvo su agenda “plenamente consciente de la situación” porque la consellera competente en Emergencias se había desplazado a las zonas afectadas y se habían emitido los avisos. Asistió al Cecopi cuando le advirtieron de la posible ruptura de la presa de Forata.
“No fue fácil el viaje. El mal tiempo produjo gran densidad de tráfico y alargó el trayecto”, ha dicho para justificar su retraso y una elipsis temporal de cuatro horas. El presidente ha omitido que estaba comiendo para maniobrar por el control de la televisión pública valenciana, como reconoció su equipo, tras varios cambios de versión.
El foco en la Confederación Hidrográfica del Júcar
“Los sistemas de medición no solo se vieron sobrepasados por el nivel del agua sino que fueron barridos y arrastrados por la riada”, ha dicho el presidente valenciano, que asegura que había “un único sensor” en todo el barranco del Poyo, la rambla que se desbordó.
El dirigente lleva semanas poniendo en el foco a la Confederación Hidrográfica del Júcar y aduciendo que la Generalitat no fue informado de la gravedad de la situación. Mazón se escuda en que el pluviómetro de Riba-Roja fue arrastrado por la riada en el barranco del poyo (barranco de Chiva). Este medidor quedó fuera de línea a las 18.55h, según informó la Confederación Hidrográfica. Para entonces, el Cecopi llevaba dos horas reunido analizando la emergencia y el organismo estatal había avisado en numerosas ocasiones de las lluvias en la cabecera del barranco de Chiva y del aumento del caudal, como demuestran los correos emitios. El presidente no se encontraba todavía en ese órgano porque estaba comiendo. El propio organismo de Emergencias de la Generalitat Valenciana emitió una alerta a las 12 del mediodía por el aumento del cauce en esa rambla del Poyo.
Desacreditar a Aemet
El presidente valenciano se ha defendido desacreditando a las agencias estatales. “No es lo mismo un episodio de lluvias torrenciales, que era para lo que todo estaba todo previsto desde días antes, que la monstruosa barrancada provocada por un fenómeno atmosférico que superó las peores previsiones de la Aemet. Lluvias torrenciales; barrancada”, ha expuesto. El presidente insiste en que “no se puede olvidar que la alerta roja se envió por previsión de lluvias torrenciales como ha ocurrido en otras 36 ocasiones en los últimos 10 años sin que derivaran en brutales riadas como la que se produjo en el curso alto del barranco del Poyo. Muchas de esas alertas ni siquiera provocaron inundaciones de consideración”, sostiene el barón popular.
Insiste en que Aemet dejó la alerta hasta las 18 horas de la tarde y que facilitaba información errónea. La agencia estatal actualizó el aviso después.