Altiero Spinelli, Manfred Weber, Teresa Ribera y el PP

Lo que está en juego no es la elección de un cargo en la Comisión, ni tampoco se trata de una escaramuza más entre el Partido Popular y el gobierno de Pedro Sánchez. Lo que está en juego es hacia dónde va a ir Europa en los próximos años

Atravesamos un momento especial en casi todo, pero también en el proceso de construcción europea. Las tensiones surgidas la pasada semana con relación al nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidente de la Comisión, tienen diversas lecturas, pero todas ellas confluyen en un mismo lugar: ¿Qué Europa queremos? Es momento de recordar de donde venimos para entender que lo que está en juego no es la elección de un cargo en la Comisión, ni tampoco se trata de una escaramuza más entre el Partido Popular y el gobierno de Pedro Sánchez. Lo que está en juego es hacia dónde va a ir Europa en los próximos años. 

Altiero Spinelli fue un político e intelectual italiano que jugó un papel fundamental en el movimiento federalista europeo. Su firme creencia en la necesidad de una Europa unida surgió de sus experiencias durante la Segunda Guerra Mundial y su decepción con los estados nación. Spinelli, junto con Ernesto Rossi, fue coautor del “Manifiesto para una Europa libre y unida”, también conocido como el “Manifiesto de Ventotene”, en 1941. Este documento fue escrito mientras los dos hombres estaban confinados en la isla de Ventotene (cerca de Nápoles) por su oposición al régimen fascista de Mussolini. El “Manifiesto” fue un texto clave en la historia del federalismo europeo y sentó las bases para el movimiento de integración europea de la posguerra. Spinelli, después de fundar el Instituto Universitario Europeo de Florencia en 1965, fue elegido diputado en el Parlamento Europeo en 1979, donde impulsó la creación del Proyecto de Tratado de Unión Europea. Aunque el llamado “Plan Spinelli” no fue aprobado, tuvo un impacto significativo en el debate sobre la integración europea y contribuyó a impulsar el proceso de unificación europea. 

Recordar a Spinelli es importante en el momento en que, nuevamente, el auge del nacionalismo y el euroescepticismo representan un desafío importante para el avance del proyecto europeo. La combinación de distintas crisis y su solapamiento han generado una sensación e  incertidumbre y de falta de perspectivas que han ido alimentando  sentimientos nacionalistas y anti-UE en muchos estados miembros, dificultando así el avance hacia una mayor integración. Ha habido momentos, no tan lejanos, en los que los ciudadanos se han sentido mucho más cercanos al proyecto de la UE. No solo en la época dorada de Delors, sino también después, tras la caída del Muro de Berlín y con la ampliación hacia el este en 2004, se vivieron momentos en los que se detectó un sentimiento de esperanza y unidad entre muchos europeos. Pero, esos momentos han ido seguidos por períodos de crisis y desilusión. La forma en que se abordó la crisis financiera del 2008 no es ajena a ello. Se jugó la carta de la austeridad como “salida natural” a la hegemonía del neoliberalismo (que precisamente estaba en el origen de la crisis financiera) y ello erosionó notablemente, en algunos países más que en otros, los parámetros de bienestar del conjunto de la población europea.

Publicaciones relacionadas