Nada hacía pensar que el último congreso de los Comuns no fuera una balsa de aceite. Una sola lista aspiraba a la ejecutiva, las ponencias llegaban muy trabajadas y se trataba de la , una figura que ha unido como pocas ese espacio en la última década. Pero , cuando la votación sobre el informe de gestión de las tres coordinadoras salientes (entre ellas Colau) estuvo a punto de descarrilar y obtuvo menos del 50% de apoyos. “Fue un síntoma, la manifestación de un descontento, o de diversos, que se han incubado en la organización en los últimos años”, explica uno de los presentes en la asamblea.