Pedro, éste no es el camino

Valencia, la UE, Aldama, todo… a estas alturas entendemos que el camino de las utopías falla más que una escopeta de feria y es más eficaz el de ellos: la mano dura, la acción/reacción contundentes. Para atajar todas las fallas, caiga quien caiga. Es inútil argumentar con quienes ni creen en la democracia

Sin la menor duda, las personas demócratas y decentes hubiéramos preferido que los socialistas europeos, incluido el PSOE, no hubieran metido en el gobierno de la UE a un candidato de la neofascista que manda en Italia, Giorgia Meloni. Pero la pifia del PP de Feijóo y Dolors Monserrat al intentar tapar su fiasco en Valencia cargándoselo a Teresa Ribera abocó a esa componenda. Previamente, los votantes europeos se habían inclinado en las elecciones hacia la derecha y la ultraderecha.

Sin la menor duda, hubiéramos querido que los estadounidenses no hubieran tenido que elegir entre Donald Trump y Kamala Harris, la vicepresidenta de Biden. Pero, como ya comentamos, ni el unicornio ni ninguna otra criatura mitológica concurrían como candidatos.

Previamente, habíamos intentado hacer ver -casi a gritos- que la deriva de fomentar la burricie de las personas, aturdirlas con mentiras y hacerles creer en soluciones mágicas era el camino que conduce exactamente a esto.

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