Los socialistas concluyen un congreso sin apenas cambios orgánicos y con una llamada a la lealtad interna para no sucumbir a la ofensiva de las derechas
Sánchez prioriza recuperar el poder territorial y anuncia una “gran empresa pública de vivienda”
Cuando Felipe González era Felipe González y en los congresos del PSOE había sobre todo hombres con chaquetas de pana, Jesús de la Rosa cantaba desde Sevilla que, aunque todo se derrumbara, él sabía de un lugar donde brotaban las flores, donde los niños nacían felices y donde a las casas construidas las bañaba el sol. Y a algo parecido a todo eso sonaron las promesas lanzadas este fin de semana por Pedro Sánchez en la capital de Andalucía: una empresa pública de vivienda, proteger el medio ambiente, que las grandes compañías repartan beneficios entre sus trabajadores. Promesas.
Llevaba puesta el secretario general refrendado con el 90% de los votos una chaqueta marrón, pero de ante. Y de fondo no sonaba Triana, sino la Potra Salvaje. Y también My Way, aunque no la de Frank Sinatra, que aquello era Sevilla Este a las puertas de 2025, no Suresnes en el 74. El tema era de un DJ electropop llamado Calvin Harris que ha hecho carrera en las discotecas de Ibiza.