El PSOE llegaba a su 41º Congreso con unos cuantos aprietos y polémicas, internas y externas, de fondo. Pero ni el liderazgo de Pedro Sánchez, ni la , ni los , ni ninguna de las propuestas debatidas en Sevilla o de las han dejado tanto revuelo y preocupación como lo sucedido con los derechos trans. Cuando parecía que el partido se encarrilaba hacia el cierre de filas alrededor de la ley trans, la aprobación de dos enmiendas a la ponencia marco del Congreso –el documento que marcará el rumbo del partido durante los próximos años– han vuelto a poner patas arriba el discurso socialista sobre los derechos LGTBIQ+.