La entidad financiera ha recortado la retribución de su consejero delegado durante tres meses después de que un empleado fuese detenido por robar e intentar matar a un cliente y a su pareja, de más de 80 años
Orcel, el fichaje frustrado de Ana Botín para Santander que está agitando todo el sector bancario europeo
Nomura es el mayor banco de inversión de Japón. Mueve un volumen de negocio de más de 26.000 millones de euros y su beneficio anual rebasa los 1.000 millones. Si es por los datos, el negocio marcha sin problemas. Sin embargo, la entidad nipona arrastra escándalos que le han costado a su alta dirección una rebaja de sueldo.
El último, el intento de asesinato de un cliente y de su pareja por parte de uno de sus empleados. Hace un mes, la Fiscalía del distrito de Hiroshima comunicó que estaba investigando a un hombre de 29 años acusado de haber robado 26 millones de yenes (alrededor de 165.000 euros) tras drogar e intentar prender fuego a la vivienda de la pareja, de más 80 años, que consiguió escapar.
El empleado en cuestión, además de arrestado, fue despedido y Nomura ha prometido que va a cambiar la política de trato con la clientela, porque en Japón no es una anomalía que los gestores y los empleados de la banca visiten los domicilios de sus clientes. Sin embargo, a partir de este suceso, Nomura va a cambiar los procedimientos para tener una “supervisión más sólida y efectiva” de cuándo y cómo se realizan este tipo de gestiones a domicilio.
“Quiero manifestar mi más profunda disculpa a las víctimas”, aseguró este martes en una rueda de prensa en Tokio el consejero delegado de Nomura, Kentaro Okuda. “Este incidente es algo que nunca debería haber pasado a una institución financiera que gestiona un importante volumen de activos y a la que los clientes nos confían sus transacciones”, asumió en declaraciones recogidas por Financial Times.
Investigación interna y rebaja de sueldos
“El ex empleado se unió a Nomura Securities como recién graduado en abril de 2018”, ha explicado el banco a través de un comunicado. “Desde abril de 2022, prestó asesoramiento en gestión de activos a clientes individuales y corporativos en la sucursal de Hiroshima”, añade. “El viernes 2 de agosto de 2024, el ex empleado informó al gerente de la sucursal de Hiroshima que la policía sospechaba que había provocado un incendio en la casa de un cliente y que había robado dinero cuando visitó su domicilio el domingo 28 de julio de 2024”, reconoce.
A partir de ahí, el banco detalla su colaboración con la Justicia, que acabó con la detención del empleado, y que abrió un procedimiento interno. “Comenzamos a comunicarnos con los clientes del ex empleado e iniciamos una investigación sobre otros posibles incidentes”, reconoce.
Nomura asume que sus controles internos fallaron y, por eso, ‘castiga’ a sus principales directivos con un recorte temporal de sueldo. En concreto, habla de una “devolución voluntaria del salario” que pasa por una reducción del 30%, durante tres meses, que se va a aplicar al consejero delegado y a los responsables de los negocios de gestión patrimonial, banca privada, gestión empresarial y de las sucursales. También aplicará una reducción del 20%, durante el mismo periodo de tiempo, a otros cinco directivos, que no detalla.
En el último ejercicio, con la positiva marcha del negocio del banco japonés, el salario de Okuda se disparó más de un 30% y superó el equivalente a casi 3,3 millones de euros.
No es la primera vez que el consejero delegado y la alta dirección ven recortada su retribución por la conducta irregular de alguien de la plantilla. A finales de octubre ya tuvieron que asumir una reducción temporal del 20% después de que se conociera que, en 2021, un empleado manipuló el precio de los contratos a futuro de los bonos japoneses a 10 años.
En ese caso, Nomura anunció “estrictas medidas disciplinarias” para el trabajador en cuestión y sus supervisores. Además, la manipulación del mercado conllevó una multa de 21,8 millones de yenes (algo más de 140.000 euros) por parte del organismo que supervisa el mercado de valores japonés, que constató que el operador de Nomura colocó órdenes engañosas, sin intención ni de comprar ni de vender, para obtener un rédito personal. Esta actuación, además de la multa y de la crisis reputacional, derivó en que el Gobierno retirase durante un mes al banco el estatus de distribuidor de deuda estatal.
También en la gran crisis financiera, Nomura tuvo problemas con la comercialización de deuda pública. La Comisión Europea multó a la entidad nipona, junto con UBS y Unicredit, por participar en un cartel en el mercado de bonos de la eurozona. Una multa que ascendió, en conjunto, a 371 millones de euros. Según explicó Bruselas, los bancos intercambiaron información a través de un chat en el que participaban empleados y donde se compartían las estrategias que iban a seguir en las subastas de bonos de varios países europeos, además de cómo los negociaban en los mercados secundarios.