Detective Murciano y Foxer Zorrorífico: «Molaría entrevistar a Óscar Puente y regalarle una excavadora de Lego»

Aupados a la fama por La Revuelta, el programa de David Broncano, estos dos jóvenes estudiantes de FP se pasean por las calles de Murcia entre fotos y aplausos. Y no es para menos

David Broncano y Lalachus darán las Campanadas 2024-2025 en TVE como guinda al éxito de ‘La Revuelta’

Foxer Zorrorífico y Detective Murciano son un ejército de dos personas. Caminan y giran cada esquina como tanteando el aire, como regresando a casa del salón del manga donde, por cierto, Goku –o al menos su actor de doblaje en castellano– pidió una foto a Antonio, el Detective. En el suspiro que media entre la sede de Radio Murcia y el mítico bar del Rincón del Chapas otras tres personas quieren inmortalizarse con los chavales de moda. Y no es para menos; Detective presume orgulloso: “Somos dos chavales de 18 años reventando el prime time de este país”.

Nada humano les es ajeno. Sonríen al que se acerca a saludar de la misma forma que sonríen a un quinto de cerveza, una hamburguesa sencilla o a las preguntas puntiagudas con tanta maldad que son prácticamente retóricas: “¿Creéis que hubiese pasado todo esto si hubieseis ido a El Hormiguero?”. Pero no tienen intención de hacer enemigos. 

Hace poco más de una semana que les cambió la vida; su clase del grado de FP de Vídeo, DJ y Sonido del IES Ramón y Cajal de Murcia decidió acudir de público a La Revuelta, el programa de David Broncano, y desde entonces se han vuelto tan famosos como George Bush, David Beckham o el papel de aluminio.

Foxer habla aguantándose la risa. Antonio no puede evitarla. Pedro, el camarero del Rincón del Chapas y probablemente tan célebre en la ciudad como sus dos célebres clientes, los reconoce vagamente: “Los famosos, los famosos, míralos”. Murcia es inabarcable. Tanto, de hecho, que en los últimos años, lo murciano se ha puesto de moda, para bien o para mal –casi siempre para mal– en lo que a humor se refiere, llegando al punto de que el pueblo de Lepe ha obtenido por fin un descanso tras décadas en el ojo del huracán de las coñas y los estereotipos malintencionados.

¿Por qué creéis que se ríen de nosotros? –preguntamos–. “Hombre, hemos dado pie a ello con ciertos personajes que han surgido de aquí, Follana, el Chucky de Cieza… Nah, es coña, era por poner un ejemplo de memes de aquí, pero la gente, en general, nos toma por personajillos rarunos, gente que vive aislada del mundo real, y tampoco es que sea así. Bueno, en nuestro caso sí, pero lo normal es que no”.

La comedia es un accidente sin víctimas, un crimen tan perfecto del que nadie sale perjudicado. Antonio y Arturo reaccionan a las cosas y hablan de ellas sin hacer de ello una performance: “Estábamos en el Salón del Manga y nos dijeron de hacer un meet and greet. De repente, apareció Goku, y me pidió una foto; yo le dije a este, ¿me acaba de pedir una foto Goku?, ¿a que lo entrevisto? y ahí estábamos en el meet and greet entrevistando a la voz de Goku y a la voz de Kaito y de repente aparece este [Foxer] fumando y se me queda mirando y se tropieza y revienta todas las luces. Y se cae; yo le dije: ”compadre… dios mío“, pero nada. Ojalá fuese a propósito”.

Contactar con ellos se convirtió en odisea: sus seguidores se multiplicaron por diez en apenas unas horas, y las solicitudes de mensaje por redes sociales reventaron, haciendo inviable la comunicación; pero el Detective Murciano había estado trabajando en una tienda de antigüedades, Cazatesoros Murcia –aquí nada es casual–, y a través de su antiguo jefe pudimos hablar con él; “si solo trabajé allí dos semanas, ¿cómo lo habéis sabido?”, dijo.

La fama ha puesto sus vidas patas arriba y no les ha cambiado en absoluto; huelga decir que, en diez días, no hay mucho margen para cambiar, pero Foxer y el Detective siguen echándose las manos a la cabeza cuando, en mitad de la entrevista, les contactan empresas por Instagram.


Zorrorífico y Detective

¿Os da miedo que se pase el ‘efecto Broncano’ y, con él, vuestra trayectoria pública? “A ver, me da igual porque esto [de una manera u otra] me va a hacer encontrar un trabajo, y si encuentro un trabajo podré tener una vida. Que no me estén mirando todo el rato las cámaras no significará ni que no haya hecho algo exitoso, ni que lo que estoy haciendo actualmente esté mal. Significará que le importa a menos gente, claro. Pues vale. Pues muy bien”.

“Hace una semana le importaba a cien veces menos gente y yo era muy feliz –siguen– Pues ya está. Y no solo se abren las puertas; no hace falta cerrarse las de atrás. Siempre puedes volver a lo mismo. Soy una persona normal y sigo siendo una persona normal. No ha cambiado mi forma de ser persona. En una semana ha cambiado cómo la gente se relaciona conmigo, no cómo yo me relaciono con los demás. No me comporto diferente a hace un mes o un año”.

Por el momento, tienen que aprovechar el tirón. Foxer ya ha tenido contactos con artistas musicales de mucho renombre en sus respectivos géneros; algunos de ellos indescifrables por el ruido ambiental de la grabadora y el intrincado acento murciano de la conversación –ninguno de los participantes se ha criado a más de 200 metros del río Segura–.

“Empecé haciendo música en 2021, con 15 años. Sí, más o menos. Porque entre 2021 y 2022 como que hubo un poco apogeo, no sé si así sería la palabra, del hyperpop yo empecé un poco con esa movida. A mí tampoco me conocía ni Dios, aunque algunos sí me seguían como el Faxu, creo; alguno de estos”. Sin embargo, las apariciones en el programa de Broncano han equilibrado la balanza, al menos para Antonio. “Antes tenía más haters que ahora, en proporción, así que está bien. El otro día me preguntó uno que si estaba contento con ser la perra de Broncano y le contesté que claro, no me fastidies; llámalo como quieras, yo me llamo a mí mismo Hombre Exitoso”.

Su formato bebe mucho de la influencia de Míster Jagger, padre fundador del histrionismo postirónico español y recientemente fichado también por RTVE al igual que Broncano y su equipo. Sin embargo, todo, explica Antonio, acaba viniendo de fuera: “La gran mayoría de cosas que suceden en España son un eco lejano de cosas que se hacen en Estados Unidos con más dinero, más presupuesto, más intervención por parte de las plataformas de redes sociales, más impacto en el país y más todo. Yo que sé, todas las modas de estar boxeando, lo de las veladas de boxeo de Ibai Llanos… eso lo llevan haciendo allí años y años Logan Paul y esa gente. Ahora están con Jake Paul y Myke Tyson… ellos juegan en otra escala. A lo mejor nosotros en 2030 tendremos a Martillo Smith contra el Montepinar, o yo qué sé”. 

Por el momento tienen que convivir con el resto de un curso académico que, por lo que sea, va a ser más parecido al de Harry Potter que al de dos chavales normales y corrientes.

Cuentan que sus clases nunca han sido normales: “A los diez días de empezar la clase, un compañero abrió un extintor en un aula. O sea, desde aquí te mandamos un fuerte abrazo, compañero. Abrió un extintor eléctrico. Eléctrico. Yo acabé intoxicado, pasé dos días malísimos. Y sin conocernos de nada”.

La “solución” que se tomó entonces para quitar el olor fue empezar a fumar vappers, relatan, pero no funcionó. “Había saltado hasta la alarma silenciosa de incendios, todo lleno de polvo, pedimos una escoba… qué ridículo. Vino el director y preguntó quién había sido y todos nos callamos, hasta que uno confesó y dijo que el problema es que no sabía cómo se usaba el extintor. Al final quedó en nada la cosa, pero qué risa. Numerosas payasadas en el instituto, y fuera, representando, también”.

Preguntando por preguntar, preguntamos por otro célebre entrevistador, Vito Quiles: “A mí no me gusta lo que hace por el cómo, no por quién sea o por lo que haga. Pero tú no puedes ir por ahí diciendo que eres periodista sin serlo; pero hacer lo que hizo a Broncano, yendo a entrevistarle a traición para hacerse el héroe con la gente que lo sigue y cortando los vídeos que parece el capítulo aquel de los Simpson, el problema está en cuando quieres manipular una entrevista y te dejan mal”. 

Entre sus entrevistas soñadas están “los grandes de España”: Melendi, Fito, el Robe o Dani Martín, “que precisamente está de gira, codazo-codazo, guiño-guiño”. El ministro Óscar Puente también les parece buen perfil: “Molaría regalarle unas piezas de Lego, una excavadora de Lego o algo así”.

Por aspirar, que no falte; la fama abrupta no les ha pillado tan a contrapié y están cómodos con su nuevo estatus de celebridad. Antonio, de hecho, ya trataba con personalidades y altos gerifaltes de la sociedad murciana desde pequeño: “Le di la mano al Ballesta [alcalde de Murcia] cuando estaba en quinto de primaria. Como Donald Trump, que leí que podía llegar a gobernar desde la cárcel llegado el caso, el sueño de Jesús Gil. Estuve en Andorra, tranquilos, solo turismo, y tengo una foto por ahí en un jacuzzi y me empezaron a comparar con él.”


Era verdad. Nacido para el chanchullo.

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