La victoria de Trump ha reactivado un mercado cripto en el que participan cada vez más empresas tradicionales pero que sigue siendo de alto riesgo
Bitcoin supera por primera vez los 100.000 dólares
El mercado de las criptomonedas se ha disparado. El bitcoin se mueve en máximos históricos. Criptomonedas alternativas acumulan subidas del 600% en cuestión de días. No, no estamos en 2021: transcurren los últimos días de 2024 y las finanzas cripto viven un déjà vu… con matices. La nueva fiebre del bitcoin no está impulsada solo por una especulación basada en su potencial como divisa, sino también por una creciente adopción institucional y los avances regulatorios que se cuecen en Washington y que podrían generar un efecto cascada en medio planeta.
Una de las claves más evidentes del resurgimiento cripto es Donald Trump. El republicano manejará a partir de enero la principal economía del mundo tras basar una parte de su campaña en la promesa de convertirla en “la capital cripto del planeta y la superpotencia mundial del bitcoin”. “Soy el criptocandidato”, defendió después de haber desconfiado de las criptomonedas durante años.
La apuesta dio sus frutos. Trump consiguió más de 130 millones de dólares en donaciones de la industria cripto para su campaña, incluyendo una de 30 millones. Eso sin contar el apoyo del propio Elon Musk, un ferviente defensor del potencial de estos activos, que puso otros 100 millones de su bolsillo y los algoritmos de X al servicio del republicano.
El bitcoin ha reaccionado a su victoria con una apreciación de más del 40%. Tras unos días oscilando en la frontera de los 95.000 dólares, este jueves ha pasado la barrera psicológica de los 100.000. Un paso que muchos gurús pronosticaron para 2022 pero que se vio truncado por la explosión de la burbuja cripto, que volatilizó dos billones de euros invertidos en estos activos. El vaticinio ha terminado cumpliéndose tres años después, en la víspera de la llegada al poder del primer presidente de EEUU condenado por 17 delitos.
“Las donaciones de empresas relacionadas con el ‘criptoverso’ han sido extremadamente populares durante esta campaña electoral, suavizando las posiciones anteriormente agresivas contra las cripto (sobre todo en el lado republicano, pero también en el demócrata)”, explica David Tercero-Lucas, profesor de Economía en la Universidad Pontificia de Comillas – ICADE. “Estamos viendo que la administración Trump va a ser (o es) muy pro-cripto en una miríada de temas (regulación suave, impuestos a las ganancias de cripto, etc)”, añade.
El sector lo considera una inversión. “Como resultado de estas pasadas elecciones, tendremos el Congreso más pro-cripto que jamás haya sido elegido, pero también la administración más pro-cripto que jamás haya estado en el poder”, se congratuló Kristin Smith, directora de la Blockchain Association, una patronal cripto que cuenta con 98 miembros. “La estrategia es tener tantas conversaciones con tanta gente en la órbita de Trump como sea posible para que todo el mundo tenga una comprensión de lo que más le interesa a la industria cripto”, describía.
No es la primera vez que el bitcoin celebra la elección de un nuevo presidente. La victoria electoral de Biden en 2020 también precipitó un repunte del bitcoin, cuyo precio se disparó un 149% desde el 5 de noviembre de 2020 hasta el día de la investidura en enero siguiente. Sin embargo, la industria ya empieza a ver guiños de Trump. La designación de Paul Atkins como nuevo jefe del regulador bursátil de EEUU (la SEC) se ha asumido como un mensaje claro de alivio de la regulación financiera vigente y de posición a favor de los activos digitales.
Inversión institucional y normalización del bitcoin
Estas elecciones, no obstante, pillan a la industria cripto en otra posición de mercado. Ahora está enraizándose con compañías tradicionales: cada vez más empresas y fondos utilizan estos activos como una vía para diversificar sus carteras y vía de protección ante la devaluación un “refugio seguro” frente a la depreciación monetaria, impulsada por políticas de gasto público y emisión de deuda.
“Obviamente la victoria de Trump y que prometa lo que ha prometido influye. Pero que tengamos empresas que lo están incorporando en sus tesorerías como esa cobertura monetaria, como Tesla, Square o Blackrock está haciendo que muchas otras lo vean como una estrategia que puede funcionar”, dice Javier Molina, analista de eToro. “Quien lo está comprando ya no son los cripto-believers o los frikis de las criptomonedas, sino estos fondos”.
El experto apunta que la decisión de la SEC de permitir la exposición de fondos cotizados al bitcoin ha terminado por normalizar su posición como activo. Por ello, afirma que su precio se ve ya más afectado por los mismos factores macroeconómicos que afectan al mercado bursátil. “Casi más importante que ver lo que hace Trump es ver lo que sucede con los mercados de riesgo y que el Nasdaq [el índice que agrupa a las mayores empresas tecnológicas, como Apple, Microsoft y Amazon] no se deshinche”.
La situación no impide que esa extrema volatilidad que antes se asociaba al bitcoin se esté dando con muchas otras criptomonedas alternativas. Una de las que han multiplicado su valor en pocos días ha sido Hedera, basada en una tecnología diferente al blockchain que, afirman sus creadores, consume poca energía.
“Es cierto que parece que una parte importante de la subida se debe a inversión institucional (aunque necesitamos más investigación específica sobre el tema)”, reconoce David Tercero-Lucas. “No obstante, es extremadamente probable que perfiles inexpertos hayan entrado en masa viendo que las expectativas de crecimiento de las cripto, en ausencia de un shock internacional, son positivas en el corto plazo”, avisa.
Es extremadamente probable que perfiles inexpertos hayan entrado en masa viendo que las expectativas de crecimiento de las cripto son positivas en el corto plazo
“El fear of missing out [miedo a quedarse fuera] es contagioso en un mercado que tiene rentabilidades, a priori, tan grandes (positivas ahora, negativas en cuando entremos en otro ”invierno“)”, continúa el profesor. “El problema principal de estos inversores es que varias ”ballenas“ [grandes tenedores de criptomonedas con capacidad para influir en todo el sector] pueden mover (y moverán) el mercado cuando decidan sacar el dinero”.
Tres años después, el entusiasmo vuelve a rodear al mercado cripto. A pesar de que algunos de los procesos judiciales por fraude y estafa contra los principales empresarios que impulsaron la burbuja anterior siguen generando condenas, las subidas meteóricas están atrayendo a inversores inexpertos de nuevo. Su primer testeo de realidad podría ser el propio mandato de Trump y cómo de comprometido está con sus promesas para con el mercado cripto.
“Parte de la administración ha sido previamente pro-cripto (más numerosos congresistas y senadores) por lo que sí veo justificada esta euforia inicial”, dice Tercero-Lucas, que señala la clave del nuevo presidente de la SEC. “A su vez, Trump dijo que quería que usa fuera la capital de Bitcoin, por lo que tampoco descartaría una regulación que anime a minar bitcoins (o que dé incentivos a ello) y reducir los impuestos a las ganancias por compraventa de cripto. No obstante, será uno de los temas menores de la legislatura, en la que dominará la guerra comercial”, concluye.