Numerosos adolescentes están viendo ‘No estás sola: la lucha contra la manada’ en las aulas, una película que genera preguntas y reflexiones entre el alumnado y que sirve para contrarestar el negacionismo de la violencia machista en auge en los últimos años, coinciden los docentes que lo han proyectado
‘No estás sola: la lucha contra la manada’ muestra “el circo” mediático ante el caso que inició el “yo sí te creo”
Comienza la reunión y en la pantalla empiezan a aparecer clases y salones de actos de colegios e institutos. Cinco, diez, 20 y hasta 40 usuarios se conectan simultáneamente a lo que será un coloquio masivo con adolescentes sobre No estás sola: la lucha contra La Manada, el documental que relata el caso de los Sanfermines de 2016 para ahondar en el carácter estructural de la violencia sexual. Centros educativos de Badajoz, Sevilla, Madrid, Alicante o Barcelona participan en la sesión a la que asistió elDiario.es; son más de 1.000 alumnos dipuestos a lanzar sus preguntas. Al otro lado, Almudena Carracedo y Robet Bahar, sus directores, las responden.
¿Qué les diríais a las mujeres que tienen miedo a denunciar? ¿Qué va a pasar cuando ‘la manada’ salga de la cárcel? ¿Cómo se puede ayudar a alguien que sufre violencia de género? ¿Cómo se actuaría si fuera al revés, si ‘la manada’ fueran mujeres? ¿Creéis que en siete o diez años va a cambiar esto? “¿Tú qué crees?”, le repregunta Almudena al chico que ha hecho la pregunta. Le da vergüenza, se ríe, pero responde: “Yo creo que como estamos en estas generaciones hoy en día quizá no…En 50 años espero que sí”.
Este es uno de los coloquios organizados por Amnistía Internacional con motivo del 25N, el día intrnacional contra la violencia de género, para los que el alumnado ha visto previamente en clase el documental, que llegó a ser número uno en Netflix, pero son muchos los centros educativos en los que se está proyectando. Y no solo: también Carracedo y Bahar han ido con la película a un congreso de jueces y juezas, a la Escuela de Seguridad y Emergencias de Navarra con policías municipales y bomberos o incluso a una cárcel.
“Está siendo una pasada, lo están poniendo en muchísimos sitios. Y eso conecta con el para qué de la película, con la necesidad de proporicionar herramientas para trabajar el tema de manera accesible. Es eminentemente feminista, pero no es un martillo en la cabeza. Poco a poco, a medida que se despliega el puzzle de ideas complejas, se va entendiendo la dimensión: que no es un caso, es una universalidad”, esgrime Carracedo.
¿Es justificable?
Esto es algo especialmente clave en el caso de los adolescentes, sostiene Isabel Pontejos, profesora de Biología del IES María Telo (Los Corrales de Buelna, Cantabria). La docente decidió proyectar la película en la clase de 3º de la ESO de la que era tutora porque le pareció que “había que hacerlo” y que era “un material muy interesante para trabajar este tema” aunque reconoce que “iba con un poco de miedo” a las posibles reacciones. Recuerda que cuando en 2018 el instituto decidió pasar de llamarse IES Javier Orbe Cano a incorporar el nombre de la destacada jurista feminista “causó mucha revolución en el pueblo y lo más bonito que nos llamaron fue feminazis”.
Asistentes a una manifestación feminista con el lema ‘Hermana, yo sí te creo’ en una pancarta
Con este antecedente y en un momento de polaridad en el que en las aulas conviven una creciente conciencia feminista con un negacionismo de la violencia machista que no deja de calar, Pontejos propuso varias preguntas para abrir el debate. “Ellos no se acuerdan de este caso, tenían seis o siete años…, pero la película tiene la capacidad de poner sobre la mesa las cosas con mucha claridad, es un poco difícil el cuestionamiento porque no es ‘barro para mi lado’”. Aunque el documental se centra en el caso de los Sanfermines, también incorpora el de Pozoblanco y el asesinato de Nagore Laffage para crear un mosaico de la violencia sexual y recorrer el camino hasta el surgimiento del ‘yo sí te creo’.
Además, en el IES María Telo hablaron de si el hecho de que la joven de los Sanfermines no dijera ‘no’ o se diera un beso antes de la agresión sexual con uno de ellos justificaría el comportamiento de los autores del delito. La profesora es consciente de que “muchas chicas tenían muy claro que una puede hacer lo que quiera y cuando dices que no es que no, decían ellas”, un discurso que no se repetía de igual manera en los chicos aunque “todos estaban de acuerdo en que no era justificable”. Otra de las cosas más comentadas fue cómo el caso sirvió de catalizador del #Cuéntalo impulsado por Cristina Fallarás, algo que “entendían muy bien y les engancha porque para ellos lo normal es contar las cosas en redes”.
De hecho, contar, hablar, romper el silencio es una de las recetas a las que Carracedo suele apuntar cuando en algún coloquio surge el tema. ¿Cómo se puede ayudar a las chicas que han sufrido una agresión sexual?, preguntaba un joven del IES Altos de los Molinos de Albacete. ¿Qué les diríais a las mujeres que tienen miedo a denunciar?, lanzaba una chica del Liceo Francés de Madrid. “Hay que tener en cuenta que no nos pasa solo a unas pocas, que esto va desde lo más pequeñito a lo más grave. Es importante rodearse de gente, tus amigas, tu familia, compañeras, profesoras…Cuando yo tenía vuestra edad esto no se contaba, pero este es un momento diferente. Buscad un entorno seguro y cuando queráis y dónde queráis, pensad que podéis contarlo, aunque no hace falta hacerlo inmediatamente”, les dice la directora.
A partir del documental, son muchos los temas que se despliegan. Se percibe mucha curiosidad por parte de los adolescentes sobre el proceso judicial, sobre el tiempo que ‘la manada’ estará en la cárcel o sobre el proceso de creación del filme. Al alumnado del IES Delgado Hernández de Huelva, por ejemplo, le interesa saber si a las víctimas –cuyas palabras aparecen en las voces de las actrices Natalia de Molina y Carolina Yuste– “les resultó difícil participar” y al del IES Alfonso Moreno (Brunete, Madrid) si “en la perpetuación de la violencia sexual influye la pornografía”. Ahí responde Bahar: “Todas las personas en esta videollamada tenemos una edad y sabemos que ese contenido es ficción, no es una representación real, igual que cuando vemos un western no se nos ocurre robar un banco”.
Un “espejo” para los chicos
Sería materialmente imposible que los también directores de El silencio de otros estuvieran presentes en todas las proyecciones que se suceden en institutos desde que se estrenara en marzo, pero sí han estado en algunas. Y en general se han encontrado una respuesta “muy positiva”: “Por un lado, las chicas se identifican con estas violencias y esto es muy importante. Yo cuando no tenía su edad no sabía nombrarlas, pero ahora muchas las visibilizan. Y, por otro lado, intentamos que funcione como un espejo para los chicos. No desde la culpabilización, sino desde la corresponsabilidad: ‘no entendíais que eso existía, pero ahora que lo sabéis ¿qué podéis hacer’”.
Robert Bahar, Almudena Carracedo y Natalia de Molina, en el coloquio del Cine Doré (Madrid).
El codirector Bahar ahonda en esta cuestión y apunta a la importancia que le dieron desde el principio a que en la película, rodada en secreto durante tres años, aparecieran “hombres ejemplares” que “luchan contra la violencia sexual” como el alcalde de Pamplona o el policía que atendió a la víctima de ‘la manada’. Y, además, Bahar también habla de él mismo en los coloquios. “Les cuento que para mí también ha sido un aprendizaje, que entendí cosas que no había comprendido antes, por ejemplo, que muchas mujeres en mi vida como mi hermana, mi madre o mis amigas habían vivido cosas que no sabía”.
Fernando Sánchez Calvo, profesor del IES Narcís Monturiol de Parla (Madrid), fue con sus alumnos de 4º de la ESO a la proyección de No estás sola organizada por el INJUVE en el Cine Doré hace tres semanas. Coincide en que tanto chicas como chicos “lo recibieron muy bien y les pareció muy interesante porque les fue enganchando mucho”, pero reconoce que “la gran duda es si saben reconocer esto en situaciones cotidianas o ante hechos de menor grado”. Aun así, cree que el impacto “es positivo” porque “los adultos no nos damos cuenta, pero estos niños solo tenían siete años cuando esto ocurrió, era una historia lejana para ellos”, coincide con Pontejos.
Al docente le preocupa la ola reaccionaria que cuestiona el feminismo y las leyes contra la violencia machista en auge en los últimos años y cómo este discurso impacta en los adolescentes, pero cree que este tipo de iniciativas ayudan a avanzar en la dirección contraria. “Hay de todo…a veces sale el típico ‘no todos los hombres’, que también hay mujeres que matan a hombres o muchas veces lo notas con el silencio…pero también hay avance y una conciencia sobre el machismo que facilitan estos materiales”, apunta el profesor. “Después de ver esta película es imposible negar esta violencia, es imposible mirar a tu alrededor y que no la veas”, concluye Carracedo.