Escoger un libro es una tarea compleja. Los gustos del receptor pueden no coincidir con los propios (o no estar demasiado definidos) y dar con el título adecuado requiere cierta reflexión acerca de la persona que va a recibir el regalo, de sus aficiones, de su personalidad o incluso del momento vital en el que se encuentra. Si se acaba de casar, quizá una trama de divorcio –por muy buena que sea– no venga muy a cuento. Parece una obviedad, pero a veces pasan esas cosas.