Kika Aguilera ha dejado de pagar voluntariamente las dos últimas mensualidades de su alquiler. Ella y sus vecinos, en un bloque de protección oficial de Salou, en Tarragona, se han convertido en los primeros en dar inicio en Catalunya a una huelga de inquilinos. Su objetivo con la protesta es que les devuelvan el cobro del IBI de los últimos años, un impuesto que el Tribunal Supremo ya ha establecido que debe asumir el casero.