La FIFA adjudica el mundial de fútbol de 2034 a Arabia Saudí y confirma el de España, Portugal y Marruecos

El presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, considera que el de 2030 será un Mundial “único” queservirá de “puente entre continentes” y lo ve como una oportunidad para “transformar la industria del deporte, impulsar la creación de empleo en sectores clave y atraer inversiones extranjeras”

La adjudicación del Mundial de fútbol de 2034 cierra el círculo del ‘sportswashing’ de Arabia Saudí

El presidente de la FIFA, el italiano Gianni Infantino, ha anunciado este miércoles durante el Congreso Extraordinario de la organización futbolística internacional la confirmación de que España, junto a Portugal y a Marruecos, acogerá el Mundial de fútbol masculino de 2030, así como que Arabia Saudí será la sede de la competición que se celebrará en 2034.

El Congreso, compuesto por las 211 delegaciones de los países miembros de la FIFA, designó “por aclamación” la candidatura de Arabia Saudí como la “adecuada” para un Mundial que desde Oriente Medio vuelven a calificar de “histórico”, como ya ocurriera con la elección de Qatar como sede en 2020.

La candidatura oficial del país árabe, bajo el lema ‘Creciendo juntos’, ha contado con el apoyo del príncipe Mohammed bin Salman, heredero de la monarquía saudita y primer ministro del país. Sin embargo, este país ha recibido una protesta oficial de la Federación de Fútbol de Noruega, contraria a esta designación, que ha sido escogida al no existir ninguna candidatura alternativa.

El presidente del organismo, Gianni Infantino, incluyó esta protesta en su discurso de este miércoles y aseguró que le daría respuesta oficial “en su momento”. El abogado italiano ha sido el encargado de anunciar tanto la designación de la monarquía árabe como futura sede del Mundial de 2034 como la victoria de la candidatura multisede ibérica-marroquí para la competición que tendrá lugar en 2030.

Poco después de la confirmación oficial, el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, ha asegurado que el Mundial de España, Portugal y Marruecos será “el mejor de la historia” y que se trata de “un hito que ensancha el orgullo de toda la sociedad española”.

“Se trata de un reconocimiento a nuestra capacidad para organizar eventos deportivos de primer nivel y un homenaje a la tradición y al éxito futbolístico de nuestro país”, ha asegurado Rodríguez Uribes, quien ha agradecido “de una manera especial” al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su “apuesta decidida por este proyecto de país”, así como a todos los ministerios.

Precisamente, la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos obtuvo una puntuación de 4,2 sobre 5, siendo la más alta de la historia en los informes de evaluación de la FIFA para los mundiales. La candidatura multisede logró imponerse así a la alternativa latinoamericana: el mundial propuesto por Argentina, Uruguay y Paraguay.

“El verdadero legado estará en la consolidación de España como un referente mundial en la organización de grandes eventos deportivos, lo que abrirá, sin duda, la puerta a nuevas oportunidades para albergar competiciones internacionales en el futuro. Debemos sentirnos muy felices de este reconocimiento de la FIFA, que consolida el deporte como uno de los sectores estratégicos para este Gobierno, por el impacto positivo que tiene sobre nuestra economía y sobre nuestro país”, ha explicado el presidente del CSD.

El uso del deporte para tapar violaciones de derechos humanos

De acuerdo con un informe de publicado el 5 de diciembre por la ONG ALQST, que documenta desde 2014 las violaciones de derechos humanos cometidas por Arabia Saudí, la candidatura árabe “se queda corta” respecto de los mínimos estándares de derechos humanos de la FIFA y deja abierto el camino a la violación de derechos civiles y laborales.

De acuerdo con esta ONG, el informe sobre derechos humanos elaborado por la FIFA “minimiza sustancialmente” los riesgos potenciales asociados a la competición. Además de otorgar a Arabia Saudí un rango de riesgo “medio” a este respecto, el informe de la institución futbolística determina que la candidatura está calificada para su consideración y no se para a cuestionar el informe “independiente” presentado junto a la candidatura y elaborado por la firma AS&H Clifford Chance, con sede en Riad, al respecto.

Otras organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch también han elevado protestas en los últimos años acerca de esta candidatura, pero estas siempre han sido deshechadas por la FIFA.

“Habida cuenta de la enorme magnitud de la Copa Mundial, existen grandes riesgos en materia de derechos humanos que hay que tener en cuenta en todas las candidaturas para albergar este torneo, y también se brindan oportunidades de cambio que no se deben dejar pasar”, sostenía Minky Worden, directora de Iniciativas Globales de Human Rights Watch, en octubre de 2023. “La política de derechos humanos de la FIFA no debe reducirse a un texto en papel cuando se refiere a elegir el país anfitrión del evento deportivo con más espectadores del mundo”, añade en una nota.

Lo cierto es que las decisiones de la FIFA respecto a la organización del campeonato han acabado dejando al país árabe como único candidato, una maniobra que remata años de inversión multimillonaria de la familia real en el deporte para blanquear su dictadura. Una de estas formas de “inversión” es precisamente la contratación de deportistas de élite, como en el caso de Cristiano Ronaldo o del tenista español Rafa Nadal.

A principios del mes de noviembre de 2023, el presidente de la FIFA Gianni Infantino anunció el cierre de las precandidaturas para finales de ese mismo mes. El simple anuncio provocó que Australia, que a priori pretendía optar a organizar el evento deportivo, se cayera de la carrera, y esto dejó a Arabia Saudí como única candidatura.

Frente a este sistema de elección, que al existir apenas una candidatura se ha hecho por aclamación, solo se ha manifestado de forma pública la federación noruega, que se abstuvo en la votación de este miércoles. Además, se ha cuestionado de forma pública el patrocinio por valor de 100 millones de euros acordado por la FIFA con la principal petrolera saudí, Aramco, apenas un mes de confirmar su candidatura.

Con la candidatura de Arabia Saudí vuelven a aparecer los monstruos que ya surgieron con la elección y durante la celebración del pasado Mundial de Qatar en el año 2020. Ya en su designación como candidatura elegida hubo acusaciones de compra de votos.

Además de las cuestiones propias de un país que no respeta los derechos humanos fundamentales de buena parte de sus residentes, fallecieron un alto número de trabajadores –cientos o miles, según diversas investigaciones– durante la construcción de los estadios de fútbol para el evento.

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