Cuando el ruido es atronador y el zumbido es constante, conviene recurrir al dato para descubrir que más allá de la política no hay pensamiento único, ni marco ya instalado. Que la opinión publicada, por muy machacona que sea, no se impone por decreto. Y que la distancia entre percepción y realidad puede ser abismal en estos tiempos. Un ejemplo: los medios de comunicación abren cada día con diferentes capítulos del , la investigación sobre o y el PP habla de una corrupción estructural en el Gobierno y en el entorno personal de Pedro Sánchez, mientras la realidad social circula por un carril muy diferente.