¡Pobre Lily, pobres chicas, pobres generaciones perdidas! Porque en mi opinión son víctimas del sistema que les ha vendido que convertirse en objetos del sistema es su máxima libertad. Dinero y fama. Vacío y destrucción.¿Cómo se puede defender a la vez esta libertad y este supuesto feminismo y la preocupación por la salud mental?
El otro como objeto sexual ya no es un ‘tú’, ya no es posible ninguna relación con él