El comisionista, que acudió al Supremo escoltado por el líder de Desokupa, asegura que tenían un papel de “recaudador” y que cobró hasta cuatro millones de euros por adjudicaciones con los que pagó mordidas al exministro y su mano derecha
Aldama llega a declarar al Supremo acompañado por el líder de Desokupa
Víctor de Aldama, el empresario que se benefició de millonarios contratos de mascarillas en lo peor de la pandemia, ha comparecido este lunes como investigado en el Tribunal Supremo, donde ha llegado escoltado por Daniel Esteve, líder de Desokupa. El supuesto conseguidor de la trama que presuntamente anidó en el Ministerio de Transportes en la época del socialista José Luis Ábalos ha ratificado sus acusaciones tanto contra el exministro como contra quien fuera su mano derecha en ese departamento, Koldo García, informan a elDiario.es fuentes presentes en la declaración. Ha asegurado que ambos recibieron dádivas: dinero en efectivo y otras contraprestaciones.
Durante alrededor de tres horas, el empresario ha tratado de desmontar la tesis de Ábalos, que el pasado jueves negó las mordidas que le atribuye y puso el foco en quien fuera su mano derecha. De acuerdo a las fuentes consultadas, el supuesto conseguidor ha incidido especialmente en el papel del asesor.
El empresario ha relatado que él tenía un papel de “recaudador” y que cobró hasta cuatro millones de euros por adjudicaciones con los que, después, pagó mordidas al exministro y su mano derecha. En ese punto del interrogatorio, el juez le ha preguntado sí tenía pruebas de ese supuesto sistema corrupto pero, por el momento, no las ha aportado. Sí ha proporcionado pantallazos en los que figurarían supuestos pactos para la adjudicación de obra pública.
Aldama, al que la Guardia Civil identifica como el “nexo corruptor” de la trama, estaba citado este lunes por primera vez en el Supremo tras su declaración en la Audiencia Nacional el pasado 21 de noviembre. En esa comparecencia habló de entregas de dinero a Ábalos, a Koldo y al actual ‘número tres’ del PSOE, Santos Cerdán, y trató de involucrar a media docena de ministros y a Sánchez sin, hasta ese momento, más indicios que su palabra.
Días después aportó un escrito al Supremo en el que afirmaba tener pruebas de esa confesión y elevó las sospechas sobre el exministro al asegurar que también recibió mordidas por amaños en contratos de carreteras licitadas por el departamento que dirigió entre 2018 y 2021.
Sendos informes elaborados por el Ministerio de Transportes y por ADIF refutan esas acusaciones al no haber hallado irregularidades en los contratos denunciados por Aldama. “Ninguna tramitación ha devenido ni incluso en la sospecha de algún trato de favor o actuación irregular”, recoge el documento técnico elaborado por el gestor ferroviario.
Ábalos lo negó todo
La declaración de Aldama se ha producido también después de que, el pasado jueves, Ábalos negara las mordidas que le atribuye el empresario, pusiera el foco en quien fuera su mano derecha, Koldo García, y se ciñera a su defensa.
Durante tres horas, el ahora diputado del Grupo Mixto se limitó a negar su implicación en la trama que supuestamente se lucró con contratos amañados y a desmentir que él se hubiera beneficiado de comisiones o prebendas ni por los contratos de mascarillas ni por los de carreteras. Lo hizo con un argumento similar: no era su competencia entrar al detalle ni de los contratos de material sanitario ni de los de carreteras que el comisionista ha puesto bajo sospecha.
A las pesquisas les queda todavía un largo recorrido, en el que se indagará en los millonarios contratos de mascarillas origen de la investigación, pero también se examinará si la trama extendió su influencia en otras adjudicaciones públicas. Está previsto que este martes comparezca en el Supremo Koldo García, que decidió guardar silencio la primera vez que se sentó delante de un juez por este caso. Está por ver si ahora cambia de estrategia.