Una recomendación que invita a reflexionar sobre las consecuencias para la infancia del exceso de compras y el consumismo navideño
¿Qué es portarse bien? Algunas ideas sobre límites, normas, obediencia y adultocentrismo
Dentro de unos días, cuando llegue Papá Noel, en la casa de Sara Mendiola habrá cuatro regalos para su hijo pequeño: una mesa de luz que ella ha elegido, una espada láser que ha pedido el niño, unas protecciones para andar en bici y un álbum de cromos. Desde hace años, esta madre intenta aplicar la regla de los cuatro regalos, una pauta básica que propone ceñirse a regalar cuatro cosas a cada niño o niña: algo para llevar puesto (como ropa o zapatos); algo para leer o aprender, o bien una experiencia (cuentos o entradas para un museo o un concierto); algo que el niño o niña desee mucho (que suelen ser juguetes) y algo que necesite (por ejemplo, una mochila nueva para el colegio).
Sara reconoce que no siempre lo consigue, especialmente en las casas de tíos y abuelas, pero sí lo intentan. Otro truco que utiliza es reducir el número de paquetes: “Por ejemplo, este año le he comprado una mesa de luz, y para que tenga cosas para jugar con ella, he incluido dos de piezas traslúcidas, pero lo he puesto todo en una cajita, así solo abre un regalo”, explica.