La identidad amenazada

La manera sencilla es simplificar problemas y soluciones en una batalla de las identidades que hasta se cree el votante de izquierdas. Cuanto más directo sea el señalamiento del enemigo, más logra la extrema derecha acaparar el discurso político

La extrema derecha, desde Trump a Putin pasando por Milei, Bukele, Meloni, Wilders u Orbán, sabe que la clave de su victoria electoral está en avivar sesgos y prejuicios que todos tenemos y que, descuidadamente, habíamos creído superados por los avances en derechos humanos que se han venido impulsando desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Las mujeres, las personas LGTBIQ+, las personas con discapacidad, las racializadas, las y los refugiados e inmigrantes, la población civil en las guerras, la infancia, las víctimas de la explotación y de la trata, el pueblo gitano… 

La lista de menciones cuyos derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales deben ser reconocidos y protegidos es extensa y tiene un denominador común claro, tan claro como para ser el artículo 1 de la Declaración de los DDHH: todas y todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. Dignidad y derechos sobre los que no cabe discriminación posible. No hay seres humanos que merezcan menos derechos que otros, no hay motivo que justifique la discriminación, se subraya en el artículo 2 de la Declaración.

A estas alturas de siglo, pocos esperaban que este consenso, al menos dialéctico, sobre las premisas y valores que están en la base de las sociedades llamadas a la convivencia, el respeto y la diversidad de una sociedad heterogénea y democrática, se iba a romper para volver a las retóricas de odio, discriminación y deshumanización. Desde la política institucional y las políticas de gobiernos votados precisamente por exhibir un programa político anti-derechos humanos, contrario a la justicia social, negacionista de la violencia machista, que rechazan los motivos humanitarios como razón para dar asilo y refugio y atacan la defensa del medioambiente. Si tienen duda alguna, echen un vistazo a la deriva de las políticas del Parlamento europeo.

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