El jefe del Govern asegura que su llegara a la presidencia supone un cambio de etapa que permite «dejar atrás el sufrimiento» del procés
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Salvador Illa no esperaba hace medio año que las cosas le fueran también en la presidencia. Así lo ha reconocido este lunes, en tono algo distendido, en la que se será su última rueda de prensa del año. Tras un resultado electoral que podría haberse convertido en quebradero de cabeza, en los últimos seis meses Illa ha conseguido formar Govern en solitario y construir una mayoría parlamentaria que, a priori, parece sólida. Una nueva etapa, por tanto, que según ha descrito “permite dejar atrás el sufrimiento” del procés.
El objetivo de Salvador Illa en la entrada de 2025 es continuar abanzado en la misma dirección y a través de las mismas mayorías. Por ello se prepara para una negociación de presupuestos con ERC y los Comuns que en el Govern son conscientes de que podría no resolverse tan rápido como ellos desearía, sobre todo por los deseos de la nueva cúpular republicana de Oriol Junqueras de levantar el pie del acelerador.
“Yo lo que quiero es que haya presupuestos y mi gobierno hará todo lo que esté en su mano, no nos levantaremos de la mesa”, ha asegurado Illa, tras asegurar que su consellera de Economía, Alicia Romero, comenzará una ronda de partidos el mes que viene.
Con las cuentas prorrogadas, ha afirmado el president, no hay motivos para inquitarse por no comenzar el año con presupuestos aprobados. “Los servicios públicos están garantizados y funcionarán con normalidad”, ha indicado.
Illa es muy consciente de la situación de minoría en la que se encuentra su Ejecutivo, que necesita contar con dos socios como ERC y Comuns, que tienen cada uno sus intereses y situaciones internas. Por eso el socialista ha evitado poner presión sobre Junqueras, con quien ha dicho que desea reunirse en los primeros compases del año 2025.
“No hay ninguna urgencia, hay serenidad e ideas claras”, ha zanjado Illa, con un mensaje que pretende despejar la negociación de presupuestos pero que, a la vez, demuestra hasta qué punto son conscientes de la dificultad de encajar todas las piezas en Barcelona y en Madrid.
Sobre esta última cuestión, los socialistas saben que Junts no serán sus aliados en el Parlament, pero necesaríamente lo han de ser en el contexto del Congreso, donde los presupuestos generales dependen de Carles Puigdemont. Después de que el líder de Junts mostrara su descontento con la relación con el Gobierno, su rechazo a la negociación de los presupuestos y sus deseos de reunirse con los dirigentes socialistas, este lunes tanto Pedro Sánchez como Salvador Illa le han lanzado mensajes conciliadores.
“No sé exactamente cuándo me reuniré, pero evidentemente me reuniré con los líderes tanto de Esquerra Republicana como de de Junts”, ha dicho Pedro Sánchez, abriendo por primera vez la puerta a verse con Puigdemont. Illa ha ido un paso más allá y ha asegurado que no descartaba una reunión con el expresident en Bélgica, algo que hasta ahora siempre había evitado, además de asegurar que Puigdemont debería pasar la Navidad “en casa”.
“Me gustaría que [Puigdemont] pudiera disfrutar de lo que nuestros diputados han votado en Madrid”, ha dicho Illa, en referencia a la ley de amnistía. Sobre su incumplimiento, el president ha recordado que siempre ha mostrado su respeto hacia el Poder Judicial. “Pedimos ahora ese mismo respeto en este caso para el Poder Legislativo, que ha aprobado la ley”, ha dicho Illa.