El rey se hace un selfie en el barro

El rey aprovecha el discurso navideño para hacerse un doble selfie en los dos barros, el real y el metafórico: el de la DANA y el del fango político. Y en ambos barrizales tiene fácil brillar y salir ileso

Los reyes siempre dan muy bien en las fotos, es parte de su educación desde niños: posar, colocarse en el centro de la imagen, el cuerpo erguido, la sonrisa perfecta o la gravedad adecuada según requiera el momento. Cualquier foto donde salga el rey, da lo mismo si es la apertura de las Cortes o una final de tenis, se convierte de inmediato en un retrato institucional que puede colgarse en una dependencia oficial. Y siempre sale guapo y brilla más que sus acompañantes, que parecen más grises, ojerosos, vulgares, sin el resplandor que acompaña al monarca. El rey brilla, pero brilla más por contraste.

Este año vimos brillar al rey en el barro: su visita en los primeros días a las zonas afectadas por la DANA valenciana dejó una de esas imágenes que los monárquicos han querido señalar como histórica, icónica, la que marcará su reinado, “”: manchado de barro, increpado, aguantando el tipo, hablando de tú a tú, abrazando y consolando. Si lo hubiera preparado no le habría salido mejor. Hay que reconocer que su decisión de permanecer, pese al riesgo de seguridad, le dio muchos puntos. Pero además, la marcha “cobarde” del presidente Sánchez –nada cobarde: si no se va, lo linchan– y el encogimiento de Mazón, hicieron brillar más todavía al rey “valiente”.

el 23F de Felipe VI

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