Reduce el consumo de sal usando especias: formas de combinarlas para transformar tus platos

El uso de especias en la cocina es tan antiguo como saludable y una forma divertida de añadir sabor y color a los platos, siempre y cuando sepamos cómo usarlas

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Puede ser que alguna vez te hayas preguntado por qué tus platos son insípidos. Evitarlo es fácil, basta solo con elegir las mejores especias y elegir el momento idóneo de agregarlas. Estamos frente a un sencillo gesto que puede marcar una gran diferencia en el resultado final de un plato. No necesitas ser un chef profesional para condimentar una receta. Es suficiente saber las combinaciones adecuadas de especias para convertir una receta de siempre en una aventura de sabor de lo más agradable.

Especias que no deberían faltar en ninguna cocina

Son numerosos los tipos de especias con las que contamos para acompañar cualquier plato. Aunque la variedad es extensa, toda cocina versátil debería contar con una serie de especias indispensables que, según el Instituto de Ciencias McCormick, encajan en las siguientes clasificaciones de sabor: picante, suave y aromático.

Hablamos por ejemplo del comino, un ingrediente básico en muchas cocinas que nos aporta sabor a preparaciones como sopas, guisos o carnes. También la cúrcuma, de color amarillo intenso y que nos da un sabor suave, pero un poco amargo y es ideal para preparaciones con arroz, verduras asadas o platos de lentejas.

No debemos olvidar tampoco el pimentón, una de las más polifacéticas, de sabor dulce y que aporta un particular color a los platos de carnes, sopas y verduras asadas. La canela, por su parte, es interesante sobre todo cuando preparamos recetas de repostería porque nos ayuda a dar un sabor más dulce. Pero también combina con platos con carne o verduras.

El jengibre es otra especia muy valorada por su toque picante y un poco dulce. Igual que la canela, complementa muy bien con platos dulces y salados. El cilantro, tanto en semillas como molido, es una especia muy aromática con un toque cítrico que nos aporta un toque dulce.

El orégano seco nos sirve para espolvorear platos ya preparados, como ensaladas y marinadas, o mezclar en recetas como sopas y carnes cocidas. La nuez moscada, a diferencia de muchas anteriores, es una especia que deberíamos tener entera y rallarla justo antes de usarla. Al hacerlo, nos aporta aroma a platos sobre todo con productos lácteos, como un arroz con leche. También acompaña bien frutas horneadas como manzanas.

Cómo usar las especias en la cocina

El uso de especias no solo nos aporta mayor sabor, sino que además nos permite reducir la cantidad de sal en los alimentos mientras cocinamos. Pero hay ciertas reglas esenciales que debemos conocer. En primer lugar, y para saber cómo podemos usarlas, es importante leer los ingredientes, oler y probar las especias. Comprender los distintos sabores de cada una nos ayudará a entender a qué sabrán al final y, a la larga, nos permitirá entender con qué (y cuáles) combinan mejor.

Por tanto, cuando se trata de cocinar con especias y hierbas es importante conocerlas para saber cómo podemos combinarlas, algo que puede marcar la diferencia en nuestros platos. Pero antes tenemos que tener en cuenta qué tipo de plato estamos preparando y cuál es el ingrediente principal para después elegir bien las especias que mejor lo pueden complementar. 

Hay algunas especias con sabores contrapuestos que podemos combinar y crear mayor profundidad de sabor al plato. En este sentido, podemos usar el comino y su punto terroso para equilibrar el brillo de los cítricos de un aderezo. O. por ejemplo, si cocinamos una salsa de pasta con tomate, hierbas como el orégano, el tomillo o la albahaca nos ayudarán a realzar el sabor dulce y la acidez natural del tomate.

Como vemos, el uso de especias no es una ciencia exacta, ni hay una forma correcta o incorrecta. La clave está en crear algo que haga que disfrutemos. Desde aperitivos a platos principales contundentes y postres, las posibilidades son infinitas. Como un entrante de espárragos y jamón espolvoreados con una mezcla de ajo en polvo, pimienta y tomillo. O un pollo asado con comino, cilantro, cúrcuma y pimentón. O, ahora que hace frío, una receta de manzanas al horno infusionadas con canela y nuez moscada.

Si encontramos la mezcla perfecta, los sabores serán únicos. Una combinación de tomillo, romero y ajo, por ejemplo, nos ayuda a realzar el sabor de las verduras asadas. Pero si mezclamos el cilantro, el comino y el pimentón, la mezcla será perfecta para añadir un toque aromático a la carne a la parrilla.

Si somos un poco más atrevidos podemos probar infusionando aceites y vinagres con hierbas y especias, que podemos añadir a ensaladas o para saltear verduras. O también podemos preparar aliños con especias para condimentar marisco, aves y carnes, mezclándolas con sal, pimienta y un poco de aceite hasta que tengamos una especie de pasta. Si dejamos marinar la carne unas horas antes de asar o saltear en una sartén el resultado será mucho más intenso.

La clave está no solo en encontrar el equilibrio perfecto de sabores, sino también en dar rienda suelta a nuestra imaginación.

Encontrar el momento justo de añadir las especias

Añadir las especias en el momento justo nos puede ayudar a mejorar el sabor del plato de forma significativa. Algunas pueden agregarse al principio de la cocción para provocar sabores más intensos, pero otras son más delicadas y se deben añadir al final para conseguir un sabor más fresco. 

Las especias como el comino, la cúrcuma y las semillas de mostaza es aconsejable añadirlas al principio de la cocción porque necesitan tiempo para que liberen sus sabores y aceites esenciales. De esta manera, conseguimos que se impregnen por todo el plato en lugar de quedarse en la superficie de la comida.

En cambio, otras especias como el polvo de chile, la paprika o la pimienta podemos añadirlas a mitad de la cocción porque tienen un sabor fuerte que puede acentuarse si, además, las cocinamos durante demasiado tiempo. De ahí que sea conveniente añadirlas a mitad del proceso. Hablamos de especias que no necesitan mucho tiempo para mezclarse con el resto de ingredientes, pero sí pueden volverse amargas si las dejamos demasiado tiempo cocinando. Nos ayudarán sobre todo en platos como sopas y verduras asadas. 

¿Cuáles tendremos que dejar para el final? Aquí debemos hacer especial mención a la pimienta negra, el cilantro fresco, la albahaca fresca o el eneldo, ya que se trata de especias que pierden su capacidad organoléptica si las exponemos mucho tiempo al calor. Incluso podemos añadirlas en el momento justo antes de servir platos como carne a la parrilla o ensaladas.

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