«Tenía mis prejuicios, pero fue mejor de lo que imaginaba»: por qué triunfan los retiros para desconectar y probar cosas

Se dispara la oferta de propuestas de recogimiento con programas de yoga, meditación, desarrollo personal y ‘sanación’ en la naturaleza mientras los expertos alertan de que es importante tanto elegir el momento en que se realizan como saber si están acompañados de un respaldo profesional

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En el capítulo cuarto de la primera temporada de la afiladísima serie Fleabag, la protagonista y su hermana acuden a un retiro de silencio solo para mujeres en el campo. Es un regalo de su padre, que pretende que su relación sea buena o algo por el estilo, pero la cuestión es que no llegan convencidas sino todo lo contrario. Toda la experiencia les parece ridícula: desde la prohibición de usar el móvil hasta la actividad ‘terapéutica’ que consiste en fregar el suelo de rodillas y en silencio (“es muy simple, les hemos pagado por limpiar su casa en silencio”, dice el personaje de Phoebe Waller-Bridge). Por supuesto, se trata de una hipérbole, pero cada vez es más fácil encontrar propuestas de recogimientos de este tipo gracias al éxito de este sector del mercado. Desde los de un contenido más espiritual a los más tradicionales, la mayoría comparten conceptos como desconexión, autoconocimiento o crecimiento.

El mercado global de los retiros de bienestar está valorado en 180.500 millones de dólares (unos 171.000 millones de euros), según el último informe de la consultora Allied Market Research, correspondiente a 2022. Para 2032, se calcula que sea de 363.900 millones de dólares, con un crecimiento anual del 7,4 % entre 2023 y 2032 en todo el mundo. La empresa dividió el sector en varias categorías: retiros de yoga, meditación, bootcamp (fitness), desarrollo personal, aventura y naturaleza. De entre todos ellos, predomina el yoga y los precios oscilan entre los 100 y los 500 euros.

Con una sencilla búsqueda en Internet, se puede comprobar que es la oferta que más abunda. Yako tiene 62 años y es una experta en la materia. “A los que he asistido y asistiré están relacionados con el mundo del yoga y el crecimiento personal. Consisten en estancias de dos, tres o cuatro o más días en entornos alejados del bullicio”, dice a elDiario.es. “He asistido a retiros exclusivamente espirituales en Burdeos y la India, y otros donde también hemos trabajado asanas (posturas de yoga), chi kung (posturas y movimientos de artes marciales), alimentación consciente, silencio y meditación vipassana”, sostiene.

El dinero que ha invertido en cada uno depende de la organización: hay algunos sin ánimo de lucro que valen 150 euros con solo alojamiento y comida “más la aportación” y los otros, que rondan los 350 euros. A Lorena, de 41 años, le salieron un poco más caros, en torno a 500 euros. Ha ido a varios, uno de ellos de formación para ser profesora de yoga y los otros como practicante “entre los cuales ha habido algunos más sencillos, donde se vivía el retiro desde una espiritualidad más vinculada con la India y otros con un talante más occidental”, añade.


Los retiros de yoga y meditación están entre los más populares.

Además de los conceptos de desconexión o autoconocimiento, hay otro que abunda y que da pistas sobre el porcentaje de evidencia científica que se puede encontrar en sus actividades: sanación

El yoga, a veces, se complementa con otra actividad que no tiene que ver con la espiritualidad. Por ejemplo, Helena, que tiene 42 años, ha asistido a dos retiros de tres días impartidos por su profesora de yoga habitual. Uno fue en Girona y el otro en Menorca, ambos con alojamiento, comida vegetariana y actividades por un precio que rondaba los 300 o 400 euros. En el de Catalunya, la casa tenía una piscina que podían utilizar en los ratos libres que tenían entre el yoga y los otros puntos del programa como el paseo consciente por el bosque. El de la isla incluía prácticas en la playa como el Sup Yoga, una combinación de paddle surf y yoga.

Más allá del yoga

Además de los conceptos de desconexión o autoconocimiento, hay otro que abunda y que da pistas sobre el porcentaje de evidencia científica que se puede encontrar en sus actividades: sanación. En este terreno hay una ensalada variada de pseudociencias listadas por el Ministerio de Sanidad o que están en camino como las constelaciones familiares. Heba, por ejemplo, ha ido a retiros de yoga más o menos convencionales y a otros más “underground, no muy cuquis”, que están más relacionados con la espiritualidad o las terapias alternativas. Los que ella frecuenta suelen estar organizados en una casa en la montaña y pueden costar entre 60 y 80 euros al día. En Navidad fue a uno de este tipo que incluía “comida, baño de gong, constelaciones familiares, mucha fruta y verdurita, piscinita y aceptaban niños”, enumera.

Por supuesto, en un momento en el que creer en la astrología y en el tarot se ha normalizado, no podían faltar los retiros astrales. Como los memes del horóscopo, en Instagram abundan las ofertas de fines de semana indagando en posiciones solares y ascendentes para encontrar el bienestar. Así fue como Diana, de 43 años, encontró el suyo, que le costó 111 euros. “Previamente se realiza un estudio de carta astral y se utilizan técnicas de terapias sistémicas (constelaciones) para clarificar patrones que impiden nuestro crecimiento sano en diferentes áreas de nuestra vida, basándose en la posición de los astros de la carta, además de meditaciones con terapia sonora y minerales”, comenta. Se apuntó porque buscaba conocimiento y bienestar. “Fui abierta al aprendizaje y aunque tenía mis prejuicios acerca de ello, la experiencia fue mejor de lo que me imaginaba”, sostiene. También hay organizadores que ofrecen talleres de ‘alta magia’, chamanismo o de experiencias psicodélicas con setas o ayahuasca.

Fui abierta al aprendizaje y aunque tenía mis prejuicios acerca de ello, la experiencia fue mejor de lo que me imaginaba

Diana
43 años

Asimismo hay retiros peculiares que no tienen que ver con la espiritualidad aunque se realicen en centros como monasterios. Por ejemplo, Laura, de 54 años, hizo voto de silencio en el Monastir de les Avellanes (Lleida). “En aquel momento, lo necesitaba a nivel personal y me fue genial. No había ningún tipo de lujo, pero estabas con tus libros, tu silencio y un acompañamiento de unos hombres silenciosos en un espacio superbonito, con un huerto superbonito”, recuerda. Ella declara que no es católica, pero cada año hace un encuentro con toda su familia en la montaña mágica de Montserrat, aunque “más que silencio, hacemos unas excursiones preciosas”. El precio de esta vivencia es 110 euros al día por persona con pensión completa y la de les Avellanes unos 50 por jornada, aproximadamente.

La experiencia de Jaime, de 31 años, no tiene nada que ver ni con el yoga, ni con el silencio ni con la espiritualidad sino con la danza. Él ya había dado lecciones con anterioridad y una amiga le animó a apuntarse. Ya ha ido a dos convocatorias. “Es como un curso intensivo de danza de diferentes estilos en una casa rural”, declara. “En el primero, el sábado por la mañana había tres clases, una de danza clásica, otra de contemporánea y otra de musicales. Y aparte de eso, el viernes y el sábado por la noche había más sesiones también de danzas, de improvisación y más relacionadas un poco con cosas de bienestar, crecimiento personal y ese tipo de cosas”. Su objetivo era disfrutar de la danza, aprender y conocer personas y se lo pasó tan bien que a la vuelta retomó las clases de baile. Además, mantuvo el contacto con la gente del primero y se apuntó al segundo. El precio de cada fin de semana fue de 250 euros.


¿En qué casos pueden funcionar los retiros enfocados al bienestar?

¿Todo el mundo debería probar?

Para Pati, la experiencia en un retiro de silencio de tres días supuso un impacto bastante fuerte. Estaba a las afueras de Barcelona y el paquete de la experiencia incluía el alojamiento, la comida y el transporte de ida y vuelta en autobús, todo por 120 euros. Hubo cosas que le parecieron extrañas, como que la gente que ya había estado tenía funciones como servir las viandas: “Las comidas ya estaban preparadas, pero la gente que ya había ido antes, como ya tenían experiencia, era la que te servía la comida y el agua”, rememora. Otro aspecto llamativo para ella fue que los asistentes no podían tener el móvil con ellos ni el reloj. “No había ningún reloj en toda la casa, nunca sabías la hora y esto para mí fue un poco perturbador, la verdad. Me pareció un poco innecesario, pero bueno, era parte del proceso”, comenta. Esa desconexión tan completa la desestabilizó. “Es un parón muy bestia. Emocionalmente me chocó bastante, y luego estuve como unas semanas bastante tocada. Como que conecté más con mis emociones, me salieron el estrés y la ansiedad que tenía acumulados hacía tiempo”, dice.

No había ningún reloj en toda la casa, nunca sabías la hora y esto para mí fue un poco perturbador, la verdad. Me pareció un poco innecesario, pero bueno, era parte del proceso

Patri
asistente a un retiro de silencio

La psicóloga sanitaria y fundadora de Alcea Psicología Lucía Camín sostiene que los retiros de bienestar, “bajo las condiciones adecuadas, pueden tener beneficios para la salud mental, especialmente para los problemas asociados al estrés”. De hecho, la psicología ha ido evolucionando hacia las conocidas como técnicas de ‘tercera generación’ que incluyen la relajación, la meditación o el mindfulness, explica Camín. Pero también especifica que “estas técnicas cuentan con evidencia científica siempre que se hagan en entornos seguros y bajo una supervisión profesional”.

La plataforma de psicólogas Somos estupendas organiza junto al también psicólogo Adri Gimeno el llamado Retiro VAM (Volviendo a mí). Isabel Reoyo, psicóloga clínica e integrante del proyecto, explica que se trata de una experiencia de cuatro días de trabajo terapéutico. Durante ese tiempo realizan “diferentes dinámicas tanto teóricas como más vivenciales y prácticas para poder integrar todo lo que se trabaja. Y también hay tiempo para descansar y pasarlo bien, por supuesto”, afirma.


«Es muy simple, les hemos pagado por limpiar su casa en silencio», dice Phoebe Waller-Bridge (‘Fleabag’).

El número de asistentes oscila entre las 25 y 50 personas (no aportan el dato exacto) y el perfil es muy diverso. “Son de diferentes géneros, edades, corporalidades, con diferentes historias de vida y diferentes heridas. Eso es algo que, a nivel terapéutico, sentimos que es muy potente. Porque, cuanta más diversidad exista en el grupo, más espejos tenemos para mirarnos”, dice Reoyo. “Como espacio de psicología que somos, queríamos hacer un retiro terapéutico. Lo que lo hace diferente es que el programa está íntegramente creado e impartido por psicólogas, y en el que, más que a desconectar (como quizá ocurre en otros retiros) se viene a conectar”, afirma. El precio varía en cada edición porque depende del hospedaje: las próximas convocatorias costarán 950 euros (550 los del programa y 400 del alojamiento).

La psicóloga Lucía Camín advierte que los beneficios de los retiros enfocados al bienestar mental dependen de varios factores y pueden llegar a ser contraproducentes ‘cuando se utilizan como única vía para tratar problemas subyacentes que requieren abordaje profesional y profundo

Camín advierte que los beneficios de los retiros enfocados al bienestar mental dependen de varios factores –“como cualquier herramienta de autocuidado”– e incluso pueden llegar a ser contraproducentes. La psicóloga explica que estas prácticas pueden tener efectos contrarios a los deseados “cuando se utilizan como única vía para tratar de resolver problemas de salud mental subyacentes que requieren de un abordaje profesional y profundo, como la depresión, los trastornos de ansiedad o las fobias”. Según su punto de vista, puede resultar tentador creer que en unos cuantos días de recogimiento se pueden resolver problemas psicológicos, pero la realidad no es tan sencilla y requiere procesos más largos.

Además, señala que experiencias de este tipo pueden ser perjudiciales según el momento en el que se encuentre una persona. Por ejemplo, para alguien que tenga unos niveles de ansiedad muy elevados, el retiro puede contribuir a elevarlos en lugar de calmarlos. “Es importante seleccionar bien el tipo de prácticas que se realizarán en los retiros, asegurándonos de que cuentan con evidencia científica y están impartidos por profesionales cualificados”, recalca Camín.

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